¿Quieren saber por qué el macrismo gana en la Ciudad de Bs. As. contra un primo hermano? No se pierdan "Nazión"

Ernesto Ardito nos ayuda con este excelente trabajo a ver las cosas que la escuela pública y privada "sarmientina" no nos enseña por obvias razones... ocultar la naturaleza fascista de un pasado que permanece intacto. Cambiaron las formas, los mecanismos, la instrucción de la xenofobia, la intolerancia, la discriminación y el odio, pero todo sigue igual. El "gran padre del aula" Domingo Faustino escribía "¿lograremos exterminar a los indios?... por los salvajes de América siento una increíble repugnancia sin poderlo remediar. Son nuestros enemigos de raza, de color, de tendencias, de civilización... Incapaces de progreso su exterminio es providencial y útil, sublime y grande. Se los debe exterminar sin ni siquiera perdonar al pequeño que tiene ya el odio instintivo del hombre civilizado". Como verán, algo que tranquilamente podría haber dicho Hitler, Mussolini, Stalin o los Bush... Y pensar que este tipo fue gobernador de su provincia de San Juan y Presidente de la Nación. Por algo todavía el genocida Julio ¿Argentino? Roca sigue teniendo su monumento, avenida y hasta su billete... porque todavía está arraigado en el subconsciente del porteño, como de otros centros urbanos y que inclusive se traslada bajo el principio de hegemonía, a las clases más bajas. Porque claro, estos pensamientos han capturado "el sentido común" de gran parte de los oprimidos a través de la cultura, los medios de comunicación y el mercado de consumo. Es de esa forma sutil como el opresor legitíma y naturaleza su oscuro pensamiento. Por algo la segregación se da de manera preocupante entre los mismos integrantes de las clases sociales excluidas. Hoy un tipo que viaja en bondi como ganado, en tren, subte, a gamba, no tiene casa propia, un sueldo digno, quizás trabaje en negro y sea ese que es representado por la "cultura" dominante como un "cabeza", un villero, un "peruca", un "bolita", un "negro", "un marginado" repita como loro el discurso de los pequeños grupos dominantes. El burgués medio de la "Reina del Plata" (hasta nombre monárquico le pusieron), ve en Mauricio Macri, el hijo de la Patria Contratista y sus acólitos, o su primito hermano Martín Lousteau, a dos "modelos" que en teoría los "representan". Son rubios, blancos, tienen ojos claros, guita, son ganadores, se cogen las mejores minas, son "empresarios exitosos", tienen un loock cool y snob que entre globos y rulos esconde el pensamiento, si se lo puede llamar así, de Sarmiento, Roca, Mitre, y otros consumados racistas. Por algo en esta bendita urbe durante más de una década la radio más escuchada fue la del creador de esa revista "La Primera" que mostraba en la tapa a un joven de rasgos de los pueblo originarios, sin dientes, debido a que ni siquiera tiene un sistema de salud para arreglarse la dentadura, como ocurre con la mayoría de los pobres, y llevaba un título macabro "La Invasión Sileciosa". Los 30 mil compañeros que de verdad quisieron cambiar toda esta podredumbre fueron exterminados por el milicaje verdugo de los Macri, los Blaquier, los Pérez Companc, los Martínez de Hoz, los Bulgueroni, los Rocca, los Anchorena, los Luro Pueyrredón, los Bunge y Born, los Percasmona, los Fortabat, los Noble, los Roggio, los Soldati, Peralta Ramos, los Alzaga Unzué, los Alchourrón, los Pereyra Iraola, los Saavedra Lamas, los Alsogaray, etc... así estamos. Pero ahí está nuestra labor como verdaderos periodistas, dan vuelta esta tortilla de mierda. Tirar a la basura esta tergiversación nefasta que todavía habita por la calles de la Ciudad "Autónoma" de Buenos Aires, este enclave unitario que se caga en el resto del país y de la región