El agente del Batallón 601, Gerardo Martínez, defendió el "modelo" en la Organización Mundial de Trabajo desde Ginebra

De no creer o para vomitar, el jefe de la delegación sindical argentina en la 102º Conferencia Internacional del Trabajo (CIT), sigue siendo el nefasto Gerardo Martínez, burócrata sindical que antes de ser ultrmenemista fue además agente de inteligencia del Batallón criminal 601 del Ejercito. Dato que no inventamos nosotros y menos que menos los sitios fachos conocidos como  SEPRIN, Tribuna de Periodistas, Urgente 24, o AN54. Esto salió a la luz cando el propio Gobierno Nacional pudo desclasificar documentos donde figuraban los muchachos camuflados en la democracia que antes hacían trabajitos sucios para los genocidas milícos argentinos (Acá tienen más). Este mamarracho que viaja por el mundo solventado por todos nosotros acompañado por personajes impresentables como el "taxista" Omar Viviani, aseguró en su viaje de placer por Europa que desde hace diez años "la generación de empleo y los trabajadores son en la Argentina el centro de las políticas públicas, en el marco de un modelo de desarrollo económico y productivo". El también integrante del Consejo de Administración de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) -reelecto en junio de 2011 por otros tres años-, aseveró en la sesión plenaria de la CIT, que en "la Argentina se produjo una transformación de las condiciones socio-laborales del pueblo y se reconstruyó el tejido social y productivo que se había perdido"... mamita querida! para pegarse un tiro! Porque Martínez, un tipo verdaderamente siniestro, desde la UOCRA y en complicidad con la administración de CFK, se dedica año a año a poner techos a las paritarias del resto de los trabajadores de todos los rubros. Y para rematar, sin que se le mueva un pelo, paga el sueldo a sus propios empleados del sindicato en cómodas cuotas, Algo difícil de creer pero que es tan real como que el Obelisco está ahora parado ahí en la Plaza de la República. Para colmo de males, el tipo recibe un presupuesto injustificable que ronda los cinco millones de pesos para mantener un canal fantasma en la Red de Televisión Digital Terrestre, que se llama Construir TV y que creemos que ni el mismísimo menemismo le hubiera habilitado. Otro logro de la década ganada en favor del choreo y la desvergüenza.