Si Walsh viera la escuela de periodistas que nos dejan Lanata y Leuco se vuelve a morir

En contraposición al contestatario y genial periodismo que nos legaron tipos como Rodolfo Walsh, Paco Urondo, Osvaldo Bayer o Rogelio García Lupo, la generación chabacana, ambiciosa y berreta que nos dejan personajes que participan del rubro periodístico como Jorge Lanata y Alfredo Leuco es realmente escuálida, robando un poco de léxico "editorialista" a José "Pepe" Eliaschev. La bella Mariel Fitz Patrick y el inflado Juan Cruz Sanz deben creer que con estos "notones" están destapando ollas que van a lograr un giro en el campo de la política nacional, sin embargo lo que denuncian es uno de los bochornos menores que comete este gobierno, igual que los anteriores, en materia de la relación con sus aliados en el mundo de la cultura y la información. Ya León Trotsky dijo hace muchísimos años que los artistas, periodistas e intelectuales suelen ser los principales cómplices y legitimadores del poder de turno. Lo que estos muchachos no hacen como se debería hacer, es contar que ese tipo de subsidios o apoyos, como el que recibe Andrea Del Boca, Gvirtz y tantos otros partidarios al kirchnerato, también son recibidos por personajes nefastos como Adrián Suar, que vació Canal 13 y el ahora antikirchnerista acérrimo Juan José Campanella, entre otros. De todos modos y más allá de este conventillo de subsidios millonarios, lo que hay que cuestionar desde el vamos a esta administración o a cualquiera, es por qué el Estado utiliza cifras escandalosas en temas menores como bancar artistas, festivales, propaganda, películas, teatro, recitales, actos políticos, etc,  etc, mientras hay criaturas que mueren de hambre y familias enteras que pasan necesidades como la falta de cloacas, de salud, de vivienda, de educación, de trabajos dignos, etc. Todavía recordamos cuando Néstor, que era kirchner, como Mauricio es un siniestro Macri, rajó a patadas en el culo a Torcuato Di Tella, que fue el primer secretario de cultura del kircherismo, por aconsejar al gobierno públicamente que lo verdaderamente importante era resolver primero el problema de los chicos que se mueren de hambre. A este extraño "proyecto nacional" hay que correrlo por izquierda con información certera sobre la realidad socio económica del país, cuestionarle su discurso de barricada revolucionaria que no es, y no con uno o dos contratos pedorros a una actriz y a un productor oficialista, eso es chiquitaje, una nota mediática que después queda en la mismísima nada. A estos pibes les encanta estar en televisión, que la gilada periodística los envidie porque los conocen 5 mil tipos que miran a Lanata y navegan en Twitter al pedo. Colegas, larguemos los brillos del espectáculo vernáculo sudamericano y el boludeo para hacer periodismo de verdad otra vez. Si vamos a cuestionar, cuestionemos a todos los que se dedican al curro en este país, no sólo a los enemigos de nuestros jefes. Dejemos de ser "serviles" con el poder, como diría el burócrata sindical Moyano. El rastrerismo televisivo, por más que genere una virtual sensación de prestigio y de reconocimiento, es sólo vanidad temporal que no conduce a nada. Por esas investigaciones de cotillón nadie los va a recordar, ni siquiera sus padres, hijos, esposas o amantes. Si quieren triunfar como desean tienen que volver a las fuentes y contar lo que nadie, ni siquiera sus patrones, pueden contar.