El giro a la derecha del Cristinismo, los obsecuentes y las traiciones hacen ruido en el Frente para la Victoria

Ley "Antiterrorista" y de ART... ¿qué está haciendo Cristina?

El denominado Frente para la Victoria es una alianza variopinta que reúne desde organismos de Derechos Humanos y organizaciones sociales del verdadero campo popular, hasta "Gordos" burócratas menemistas e intendentes y gobernadores feudales de la Argentina más prebendaria. Una mezcla que en algún punto, como todo rejunte, hace combustión. El kirchnerismo ha generado y sostenido gran parte de su poder gracias al apoyo de los sectores realmente progresistas. Sectores que saben muy bien que la invención de Néstor , surgida desde el Grupo Calafate, no es ninguna revolución socialista pero claro!... al lado del resto de las líneas internas del propio peronismo, y ni que hablar de la inútil oposición derechoza, es el Nirvana del Buda y el Paraíso del Cristo. El desaparecido pingüino vislumbró que después de décadas de golpes de estado y gobiernos neoliberales fundamentalistas no se podía ir a ningún lado sin estar aliado con las Madres, las Abuelas, el Movimiento Evita, la Federación Tierra y Vivienda, etc, etc. El problema es que a esa estrategia de acumulación de poder, Kirchner incorporó también desde el principio al nefasto Magnetto,  a otros empresarios que habían sido cómplices de la dictadura, burócratas light por contraste como Moyano, banqueros mezquinos, multinacionales, y otros factótum del sistema desigual de distribución de la riqueza. Las promesas del santacruceño para con los grupos nacionales y  populares serios giraron en torno a darle practicidad al asunto proponiendo la utilización de esas corporaciones hasta engendrar y poner en marcha una tropa propia que tenga fuerza suficiente en todos esos estamentos. Así surgió La Cámpora con sus representantes en directorios empresariales, en casi todas las dependencias del Estado, y por supuesto, en los tres poderes de la Nación. Néstor "cumplió", si se quiere, algunas de esas promesas, avanzó contra Clarín, porque sabía que a la larga se lo comía, igual que la runfla ruralista, puso coto a algunos empresarios y estatizó un grupo de empresas estratégicas, caso el Correo Argentino, Aerolíneas, y en la continuidad su esposa hizo lo propio con YPF. El problema es que después de nueve años y medio en el poder, el kirchnerato pretende sostener todavía ese matrimonio por conveniencia porque no ha podido "controlar" más que la lógica simbólica de los sistemas progresistas sin concretar nunca las cuestiones de fondo para que eso sea un hecho. La administración central, más allá de recuperar puestos para los desocupados que dejó el 2001, no pudo nunca producir trabajo genuino para los excluidos de siempre, esos que hoy sobreviven gracias a los subsidios del fisco. La pobreza estructural sigue vigente pero adormecida gracias a los altos precios de la soja, al menemizado 4 a 1, al consumo, y a los parches diarios a la economía, como por ejemplo los controles a la fuga de divisa verde. Algo que obviamente había que hacer sino esto, como dijo Cristina en Harvard sobre el tema inflacionario, estallaría por los aires, cosa que nosotros al menos no queremos. Ese es el deseo de los conspiradores de siempre, esos que como de costumbre salen beneficiados económicamente pero no les gusta que los corran por izquierda, y menos aún si los que lo hacen no hace mucho tiempo andaban a los besos con ellos. De esta coyuntura de tensión permanente surgen los giros derechozos, los alcahuetes y obsecuentes de siempre, los traidores y traicionados que se lleva el río del resentimiento. Hace no mucho una radical K, primero cobista y luego soldado de Néstor, Cristina y de la Ley de Medios, quedó afuera de la repartija de cargos por obra y gracia de la Presidenta y Zanini, se trata de Silvia Vázquez, quien después del ninguneo del oficialismo  pasó de defender con "total convicción" la nueva legislación de medios audiovisuales desde 6,7,8 (de esta manera) a decir casi exactamente todo lo contrario en el programa de TNbaum y Szloto (NO se lo pierdan), quienes hacía poquito eran enemigos acérrimos de sus volátiles "convicciones". Por otro lado, estas defecciones por supuestas deslealtades generan pánico en la tropa propia que empieza a producir alcahuetes y obsecuentes definitivamente insoportables. Esos que coparon Canal 7, Télam y Radio Nacional y que sólo tienen a sus cronistas y productores ocupados en cubrir los actos banales de Abal Medina, Sileoni y Boudou, negando así el resto de la realidad. Como corolario de toda esta historia, el Cristinismo da cuentas de que hay cosas que generan críticas hacia dentro de la coalición gobernante. Ya la "Ley Antiterrorista" fue repudiada por el Movimiento Evita, el Nuevo Encuentro y otros partidos aliados que como el de Emilio Pérsico terminaron increpando a sus propios legisladores por haber respetado así la obediencia debida del generalato ka. Ahora pasa lo mismo con la normativa que impedirá a los trabajadores ejercer su derecho a iniciar acciones legales en caso de no estar conformes con el pago que hacen las ART en caso de accidente de trabajo. Una ley celebrada con "yampein" por De Mendiguren y sus compañeritos de curro en la UIA, tal el caso del siniestro Funes de Rioja, enemigo número uno de los trabajadores de prensa ( ya le dedicaremos un posteo entero a este tipo corléonico y a su hijo) dos garcas marca cañón que suelen representar a todas las patronales de medios para terminar jodiéndonos siempre. En las últimas horas la Jefa de Estado, consciente del efecto negativo causado en el legítimo arco progresista de su gobierno, analiza dar un vuelco al tema proponiendo la eliminación de la Aseguradoras de Riesgo de Trabajo, algo que había propuesto el histórico dirigente de la CTA, Víctor de Gennaro, proyecto que fue arrojado al cesto de la basura por un erróneo servilismo con los propietarios de empresas y de bancos. El kirchnerismo en su versión cristinista tendrá que poner el oído en los pocos dirigentes de centro izquierda que tienen buenas ideas e intenciones y parar un poco con el circulo áulico de lametrastes que no aportan más que problemas y espantan el capital político que CFK debe cuidar ahora más que nunca si quiere llegar sin problemas al 2015.