D´Elía y Lanata: voceros y operadores de una manera mafiosa de concentrar el poder

El "dirigente social" y el "periodista", dos caras de una misma moneda.

La verdad es que en este blog tratamos de evitar la agenda antiK fundamentalista que Lanata intenta imponer para los primeros días de la semana desde el ciclo de Clarín que conduce en Canal 13 todos los domingos. Ocurre que esta vez es difícil abstraerse del tema porque hace años que venimos criticando desde aquí los manejos políticos, no sólo del kirchnerismo sino de todos los partidos liberales, en el ámbito del conurbano bonaerense o en las poblaciones más necesitadas del interior del país. En estos tiempos en que el gobierno de CFK saca a relucir números que tienen que ver con el ingreso de algunos sectores bajos a la clase media es bueno hablar un poco del tema. La reacción de la Presidenta ante los últimos cacerolazos, los únicos que reunieron ciudadanos comunes, más allá de los clásicos fachigorilas nostálgicos de Isaac Rojas, fue muy similar a la que el polémico Luis D' Elía tuvo para con quienes le hicieron el juego a PPT denunciándolo por la no entrega de escrituras en uno de los tantos planes de tierra en los que participa. La idea que quedó de ambos dirigentes fue la siguiente: "los ayudás y después te muerden la mano". Sin ponerse del lado del delincuencial Lanata & Magnetto and company, hay que decir que para Cristina y para Luis, que alguien acceda a lo que le corresponde constitucionalmente (trabajo, vivienda, salud, salario digno) es "un favor" del Estado y sus burócratas. El sistema político de países como el nuestro se solventa numéricamente teniendo siempre de rehén a las clases más bajas. Esas son las que llenan los micros, los estadios, los que hacen bulto cuando hace falta y los que por necesidad del plan que los asiste, del terrenito, de la casita, de la caja PAN, o de lo que sea, vota a quien aparece como el humanista de la película. D' Elía no entendió que esa gente que lo adula y lo sigue adonde él dice que hay que ir no lo hace por convicción sino porque no le queda otra, por eso es que cuando se presenta la oportunidad lo incinera públicamente, porque al fin y al cabo él es parte del poder que los tiene sumidos en un estado de pobreza mejorado, pero pobreza de todos modos. Eso es lo que hizo el kirchnerismo en los últimos nueve años, mejoró la pobreza de los sectores más bajos pero nunca los sacó de esa pobreza. Es por eso que al lado de los que gobernaron antes y la inútil oposición parece ser una revolución "progresista" a escala sideral. Lo que si consiguió el kirchnerato y eso hay que reconocerlo, es que quienes tenían trabajo, caso camioneros y otras ramas gremiales que se aliaron al Frente para la Victoria tuvieran mejoras salariales que les permitió trepar escalones hacia lo que conocemos como "Clase Media". Lo mismo pasó, en otro nivel, con el sector medio que hizo uso y abuso del modelo de inflación y consumo que ahora empieza a mostrar fisuras con los controles al dólar, la presión impositiva, la suba excesiva de precios, etc. Ahora es esta franja social la que aprovecha la volada para ver lo que antes no veía o prefería no ver. Nos referimos a la creciente hegemonía de esta administración, a la desigualdad, a la "inseguridad", producto de esas diferencias sociales, y a otras miserias más que cuando hay plata en los bolsillos y varios fin de semana largos se olvidan sin más. Los que nunca tienen problemas en estos modelos basados en la desigualdad a mayor o menor escala, son los banqueros, los financistas, las multinacionales y los empresarios nacionales asociados al capital extranjero. En ese acercamiento con Néstor y Cristina, los beneficios que surgieron de esa "sociedad" para con el empresariado generaron ese "derrame" menemista, que derivó en puestos de trabajo que como siempre nunca llegan a quienes están excluidos del sistema recibiendo hoy planes sociales y asignaciones. Así es como la Jefa de Estado, igual que D' Elía, percibe como "ingratos" a quienes salen a golpearle las cacerolas en la cara sospechando de alguna manera, que el modelo desigual aunque se lo pinte de seda mono queda. A la larga o a la corta, como pasó con el menemato, la fiesta del 2 x 1, ahora 4 a 1, se acaba inexorablemente. Quien reacciona en estos últimos meses con mayor andamiaje mediático es la denominada clase media, ya que el gobierno mantiene calmada con la asistencia estatal a los que menos tienen en el conurbano y en las provincias más pobres. Esa franja media no tiene hoy referentes políticos, por eso se vuelca a apoyar a mercenarios de ese mismo sistema injusto, que hoy tiene una lucha de intereses económicos entre el Gobierno y sus patrones, caso Moráles Solá, TNbaum, Szloto, Castro, Van der Kooy y especialmente con el mediático Jorge Lanata. Un personaje siniestro que tiene la misma lógica pendenciera y mafiosa que Luis D´Elía, pero que al menos, para los xenófobos porteños, es blanco. Definitivamente Lanata y D' Elía son empleados de dos corporaciones que hoy se pelean por el poder y la guita. Ellos son las caras visibles, no sólo de Magnetto y Cristina, sino también de un modelo de exclusión permanente que tuvo su pico máximo en la última dictadura cívico militar y en el menemismo, pero que no desaparece del todo. Afloja un poco la soga y sigue escondido en leyes como la "Antiterrorista" o proyectos tales como el de ART del Ejecutivo, que quita derechos a los trabajadores en caso de sufrir accidentes laborales y en favor de los inescrupulosos "empresarios" argentinos, los mismos que aplaudían a Videla cuando desaparecía gente. Acaso ¿ustedes creen que es casualidad que D' Elía haya sido soldado del patillista Pierri, ex aliado de Clarín (ahora también kirchnerista de la primera hora), o de que el propio Magnetto haya sido socio de Kirchner hasta el final de su mandato?... vamos muchachos!, no seamos ilusos!... la pelea de estos pesos pesados es para que la veamos por TV y nos enteremos de lo que son capaces de hacer cada uno de estos personajes y sus jefes con tal de mantener sus privilegios.Tenemos que tomar conciencia de que en esta suerte de sensación de "mundial de fútbol" o "pelea del siglo" entre Clarín y el Kirchnerato, va a haber como siempre un sólo perdedor... nosotros...