Alberto Pierri, el cuarto hombre

En la Argentina cualquiera que quiera hacer un diario tiene que caer en las garras de Papel Prensa. Eso quiere decir soportar los altos precios que fija el monopolio que manejan desde principios de los '80 Clarín, La Nación y el Estado, o casualidad, el trío mentado que administra y regula la información dentro del terrirorio nacional con todos los intereses políticos y económicos que eso conlleva. Esta triada es en realidad un cuarteto, porque desde que Alberto Pierri adquirió con dineros de dudoso origen la Papelera Tucumán, que había quebrado en manos de Carlos Bulgheroni, no paró nunca de acumular poder. El que no compra el principal insumo para editar en el país a Papel Prensa cae inevitablemente en manos del ex hombre fuerte de La Matanza en épocas del menemismo, o tiene que pagar altos costos de envíos desde Europa, ergo: la repartija de clientes es acordada hábilmente. Desde que se juntaron con Duhalde en el 2002 para defender a los gritos a las empresas nacionales (leer en este artículo "La modificación de la ley de quiebras"), Magnetto y Pierri se transformaron en inseparables. El gran grupo argentino hasta le ha dejado avanzar como a nadie en el negocio del Triple Play, todavía ni ellos mismos lo manejan. El otro negocio redondo pasa por monopolizar los contenidos, ¿qué quiero decir con esto?. Lo que no entra en la grilla de Artear por cuestiones de imagen, forma y "gusto", va a parar al Canal 26. Ahora el mismo Jorge Lanata desembarca en la emisora matancera. Pierri y el periodista, al mejor estilo Graiver, ponen huevos en todas las canastas que pueden y hace tiempo que vienen haciendo negocios juntos. Los avisos gigantes de Telecentro en Crítica son un clásico y la historia del papel la imaginamos. Dios los cría y la ambición los junta...