miércoles, 24 de octubre de 2007

La mentira Carrió

En este posteo no vamos a caer en la remanida acusación de que la candidata por la Coalición Cívica fue funcionaria judicial en épocas de la dictadura, mejor vamos a registrar algunas de las singularidades que caracterizan su fenómeno. Por un lado el rito de las denuncias donde nunca se condenó a nadie, fue un clasico mediático que tallaría su figura pública. También el período místico que atravesó la abogada marcó a fuego su imágen, contruyendo un personaje, que por su genero y estilo, despertó amores y odios. Fue radical hasta que solidificó un partido propio para el que, paradójicamente, a veces es opositora. Si hay algo que resaltar de la chaqueña, es su capacidad para relacionarse con los medios masivos, su prensa ha sido demoledora. El grupo Clarín la convoca constantemente como una figura emblemática de la política argentina, Mariano Grondona la alaba y Majul la idolatra. Sí, ya sabemos algo huele mal en esa lista de seguidores, pero es el vademecum que "Lilita" supo tejer con suma capacidad actoral y oratoria, eso no se puede discutir. Pero, realmente, en la Argentina ¿alguien la imagina con la banda puesta?. Nos permitimos dudarlo. Muchos quieren saber si de verdad está segunda para votarla en contraposición a la urticante figura de Cristina, pero nadie sabe que hará realmente en el cuarto oscuro. El candidato más digno para la Argentina conservadora sería Roberto Lavagna, pero los muchachos que lo rodean son conocidos y asustan hasta al más ducho (Alfonsín, Moreau, Jesús Rodriguez, el nefasto Coti Nosiglia y mejor parar acá) Elisa ha sabido imponerse desde los medios, pero ahora habrá que ver si las encuestas, con sus operaciones pagas, la han colocado segunda a modo de enemigo inventado por el gobierno, o es un referente con base electoral real. Carrió ha sabido negociar con Dios y con el Demonio, si hasta prometió convocar a López Murphy en un virtual gobierno suyo. Hasta ahora, a la blonda candidata, nunca le fué muy bien y es probable que los números esta vez tampoco la acompañen. Lo que si es seguro, es que seguirá abonada a los programas de Joaquín Morales Solá, Grondona y el inconmensurable Luis Majul. Eso si que es transversalidad periodística.

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