jueves, 12 de enero de 2017

El fin de los Payadores Fallidos y la llegada de las anomalías territorialistas

La realidad mediática, absolutamente manipulada para un lado o para el otro, a estas alturas gira en torno a lo virtual. La Alianza Cambiemos entre CEOs y radicales de Macri se transforma día a día en una liga atomizada de caudillitos del anuncio permanente. Algo parecido a la última CFK, la de las inauguraciones de futuros emprendimientos que nunca se concretaron, concretarán, ni concretarán. Esa televisación del estado del acto eterno que vende lo irrealizable todo el tiempo termina por agotar a cualquier hijo de vecino, por más intentos de exacerbación que haga Clarín o Indalo Media. Hace poco el volátil Luis Juez dijo en un ciclo irreversible, conocido como Intratables, que temía que la "gente" (el ex pueblo) empezara a importarle muy poco la que se choreó Lazaro Báez y toda la banda. Claro, el argento piensa con el bolsillo, no jodamos, lo de la corrupción le importa tres carajos, porque no todos, pero una gran mayoría si ve la posibilidad de meter la manopla en la lata y hacerse el boludo lo hace, hablando en criollo. Hasta que no entendamos que Yrigoyen, Uriburu, Perón, Illía, Onganía, Lanusse, Videla, Alfonsín, Menem, De La Rúa, Duhalde, los Kirchner y el mismísimo hijo de Franco junto a su padre, son productos estrictamente nacionales. Nos gusten o no nos gusten. Así que hagámonos cargos, a estos payadores fallidos los produjo esta sociedad xenófoba hasta consigo misma. Por eso los ciclos se repiten, más malos y menos malos, buenos difícil. Si fijáramos los focos hacia el "periodismo", nos encontraríamos con un panorama, salvando las distancias, similar. Y lo más loco es que lo mismo ocurre en la oficina de un banco, de una Pyme, de una dependencia estatal, en comercios, en barrios privados y en villas miserias. Basta analizar quienes votaron a Mauricio o a Cristina notaríamos que la volatilidad es impresionante. Si, ya sabemos!!!, el peronismo sigue teniendo un piso de 30 por ciento del electorado... ¿y?... si ese 30 vota al patilludo maldito, a Duhalde, o al motonauta Scioli o Palito Ortega, ¿cual mierda es la diferencia?. ¿En qué cambia la cosa?. Por eso esta remake noventistas con Snapchat, media training, asesores de imagen, sanateros, y peleas a los gritos en programas de chimentos convertidos en teóricos ciclos políticos es un Deja Vu en paso de comedia que inevitablemente va caminos a sobrevivir este años en base a vivir de prestado, endeudarnos hasta las tarlipes y cuando la reconvertibilidad de termine y la hayan juntada triplementes con palas los mismos de siempre deberemos volver a las calles a pelear entre nosotros por un hueso. Eso es inevitable, salvo que ojo!, esta vez el poder real quiera terminar su expolación a ultranza sin un caos que se le pueda ir de las manos, un infierno tal que lo que nos dicen de Venezuela parezca un capítulo de Heidi. El Grupo Clarín está en camino de esa salida del choreo y sus desastrosos resultados. Ahora con su recontrafortalezido emporio tiene sus ojos puestos en la sucesora. Exactamente, la gobernadora inesperada, la anomalía PRO que tiene agarrados de las bolas a propios y a extraños. Y esto por una sola cosa que entendió... debe hacer peronismo a la vieja usanza, andar por el de territorio, nada de peñistas trolleros y tuiteros, y menos que menos la pavada de los trimbeos. Mariú casi no necesita de actos, de apariciones televisivas, de exposición porque ocupa su tiempo en lo importante, allanar su camino a la Rosada "pisando el barro" de los barones del conurba...  esos que Asís llama los mini gobernadores sin equivocarse... ampliaremos!!!

1 comentario:

Pablo Frai dijo...

Es como en la peli Titanic... el barco se hundió y en la tabla no había lugar para los dos, jaja... Saludos!