Aunque no se diga porque es política y mediáticamente incorrecto, la Argentina hace muchos años que después del '83 no vive en estado de derecho. El que diga lo contrario está loco, borracho o se hace el que no sabe nada (o no lo sabe de verdad). El kirchnerismo hizo lo suyo, pero claro, el Macrinato es el extremo de todo, así es que vive de potenciar y fomentar cada vez más el odio, más la desigualdad y más la injusticia. Sin esos tres principios no tendría razón de ser. De un día para el otro, por dar un ejemplo, el Canal Encuentro, un logro indiscutido de la gestión de la administración anterior, igual que, a pesar de falencias o limitaciones, lo fue la política de derechos humanos, se transformó en una señal de cultura aséptica (linda pintura, buena música, y sanateros de esos que hablan y hablan pero nunca dicen nada, un fiel reflejo del aneurado Hernán "Lonardi" (Lombardi). No vamos a decir que Milagro Sala es una carmelita descalza, pero claro, al lado del fascista declarado y confeso de Gerardo Morales, logra quedar posicionada como la víctima de un sistema dictatorial y feudal, donde un gobernador decide como debe actuar el poder judicial y todo lo que lo rodea. Hay que tener talento para conseguir dilapidar la imagen que el país, a diferencia de nuestros vecinos, logró a nivel internacional en defensa de lo derechos individuales. Bueno, el reaccionario macrito jujeño hace escuela y está produciendo una guerra interna que va a concluir en más diásporas en la frágil pseudoalianza Cambiemos. El hijo de Franco olvida que Clarín, a pesar de todos los favores recibidos por Menem y Duhalde fue el primero que les clavó las estocada del final. Si hasta Scioli, que era el personaje intocable de la fauna "K" terminó escrachado con una rubia en un avión y condenado hasta por los parasitarios, reiterativos y aburridos Leucocitos. El mismísimo Daniel Hadad en un contexto favorable no logra despegar, pese a seguir el libreto magnettista y perjurar que el gobierno más corrupto de la historia fue el Kirchnerato, para el que él y Don Héctor trabajaron, y que hasta los niveles económicos de la Junta militar genocida fueron mejores que los de la gestión de Néstor y CFK. Algo que por más esfuerzo que el matrimonio hubiera hecho no hubiera conseguido. Por eso amigos a cantar bien alto: "Videla no murió, Videla no murió, Videla vive en los CEOs la puta madre que los parió!".
sábado, 7 de enero de 2017
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