El propietario de Editorial Perfil ya se acostumbró a ir contra los Trabajadores de Prensa cada dos por tres. Cuando la economía empezó a decaer estrepitosamente, fue el primero en tomar la drástica decisión de enviar en total de más de 25 telegramas de despidos escalonados. Algo que obviamente se suma a su historial de abrir y cerrar diarios y revistas según su situación financiera lo amerite para ante cada "problema" pecuniario, ajustar por los eslabones más débiles de la cadena, nosotros los laburantes. Siempre aclaramos lo mismo y nunca está demás. Este malandra puede hacer todo esto por que cuenta con la complicidad de la in-Justicia Laboral, el Ministro de Precarización Laboral, Carlos "Buitre" Tomada, y sus amigos y cómplices de AEDBA (Asociación de Editores de Diarios de la Ciudad de Buenos Aires), la cámara empresarial que reúne entre otros chorros al Clarín de Magnetto, a los Mitre/Saguier de La Nación, y entre otros, a los propietarios de Página 12, donde los compañeros todavía siguen peleando para que les suban el salario después del impresentable acuerdo que firmó el corleónico Tomada, las patronales negreras, y como no podía ser de otra manera, la UTPBA camañodasnevista. Ahora "El Dueño" de Perfil quiere vengarse de los colegas que fueron el año pasado a la planta de Barracas a bloquear la salida de sus varias publicaciones en repudio a los despidos que el delincuente llevaba adelante. Les inició acciones penales para demostrar quien la tiene más larga. Parece que no aprendió nada de la innumerable cantidad de movilizaciones que se hicieron en las puertas de la editorial y de las sedes de la cartera de trabajo. Es obvio que el tipo se siente impune y se caga en todo. Al fin y al cabo sabía muy bien que había un grupito de traidores que trabajaba denodadamente para el gobierno con la finalidad de dividir el Plenario de Delegados Autoconvocados de Prensa, Escrita, Radial y Televisiva. El tristemente célebre "Bercovichismo" kicillofista, un camañismo remozado, que usó a una bandita de ambiciosos para jodernos a todos. Echo que derivó en la peor paritaria de la historia y en una serie de ajustes que no paran y que se están llevando adelante, vía el eufemismo de la "Convergencia" en redacciones de Prensa Oral y Escrita y que obviamente ellos callan. De todos modos, para ellos fue, es y será una victoria pírrica. Porque se quemaron para toda la cosecha. A estos mezquinos que negociaron contratitos y prebendas con el poder de turno ya no se los saca nadie de la cabeza nunca más. Los podemos perdonar, pero nunca olvidarlos. El "negocio" que han hecho es lamentable, promesas de exposición mediática, caso Lerena y Bercovich, o carguitos partidarios, caso Klimezuk, Suárez, Mardone, Haimovichi, Magrone y otros, por nada. Los ex "colegas" apostaron al kirchnerismo camporista tardío, ahora rezan porque la "continuidad con cambios" del "Nazional Sziolismo" los tenga en cuenta o esperan el milagro de Randazzo presidente. Sigan rezando muchachos porque les podemos garantizar que así como se vio en el último mes, la suerte les va a seguir jugando en contra... sólo es cuestión de tiempo... al fin y al cabo, el que las hace las paga. Y quédense tranquilos que aunque subamos el comunicado de La Naranja de Prensa que responde al Partido Obrero no tenemos nada que ver con esa agrupación ni con ninguna otra. Somos el colectivo de varios medios a los que ya no van a poder tomar más por boludos. Ahora si, el comunicado de los trabajadores de Perfil y parte de su Comisión Interna:
En un hecho sin precedentes, Fontevecchia busca imponer su régimen de terror patronal valiéndose del código penal.
Ha iniciado una causa penal contra los delegados y un miembro de la junta electoral por luchar contra los despidos y la persecución gremial en diciembre del año pasado. Con esto, busca aleccionar al conjunto de los trabajadores de Perfil que se organizaron, respondieron y resistieron a cada intento de ajuste y despidos en la editorial.
El discurso empresario de una supuesta crisis en la editorial contrasta con los últimos anuncios de adquisición de nuevas revistas y medios en el exterior y una megaobra en la planta de impresión de Barracas.
Esta respuesta brutal de Fontevecchia, que trata como criminales a los trabajadores de su propia editorial, es un manotazo de ahogado de una patronal que ve frustrado el ritmo de sus planes ajustadores.
Es un intento más de las patronales de prensa de aplastar el ascenso organizativo que vive el gremio de prensa y el crecimiento exponencial de asambleas, comisiones internas y delegados en casi todas las empresas periodísticas de Buenos Aires. Este ataque se encuentra íntimamente ligado a la ofensiva de los Olmos contra la organización gremial en Crónica y BAE. La condición necesaria para hacer pasar el ajuste es desarticular la organización sindical de base.
Las patronales más concentradas del país (automotrices, metalúrgicas, etc) también ensayan una salida represiva contra la organización sindical de base con el objetivo de hacer pasar los despidos y las suspensiones. Para desenvolver estos planes cuentan con el concurso del gobierno nacional que manda la gendarmería a reprimir la protesta social y prepara leyes para cercenar el derecho a manifestarse. También cuentan con el apoyo de la burocracia sindical que quita fueros a los delegados como en el caso de Lear o que abandona los conflictos gremiales como en el caso de la Utpba.
Fontevecchia acusa a los trabajadores de cercenar, con su medida de acción gremial, la libertad de expresión. La única libertad de expresión que le interesa a los Fontevecchia es la de publicar su línea editorial y operaciones desde sus medios. La libertad de expresión no es defendida cuando los trabajadores son censurados cotidianamente para defender los intereses capitalistas que se esconden detrás de tal o cual línea editorial.
La defensa de los puestos de trabajo de los trabajadores de prensa y el derecho de manifestarse ante cada atropello empresario representa una lucha profunda en defensa de la libertad de expresión.
Debatir la libertad de expresión con el Código Penal en la mano no es otra cosa que el uso de la fuerza del Estado y su aparato represivo contra los trabajadores.
No lo podemos permitir. Todos con los compañeros de Perfil contra este avasallamiento a los derechos gremiales y democráticos de los trabajadores.
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