sábado, 26 de julio de 2014

Magnetto sigue el camino del ajuste contra los Trabajadores de Prensa igual que los medios oficialistas

Otro despido más en Clarín... y van?

Todos los que trabajamos en esto sabemos que estamos viviendo uno de los peores ajustes de la historia de la prensa nacional. El "adalid de la prensa libre", Jorge Fontevecchia arrancó la primera fase de esta imparable limpieza de laburantes de prensa, a los que los patrones negreros consideran costos, olvidando que somos quienes mantenemos sus empresas vivas. Así fue que se sacó de encima a más de 25 personas. Primero despidiendo y luego mediante desgaste tansformando mucho de ellos en "retiros voluntarios". Perfil es un icono en este tipo de limpiezas. Szpolski y Garfunkel en sus medios, supuestos defensores del modelo "nacional y popular" de este gobierno contradictorio e hipócrita, rajó gente de sus radios, primero cuando compró América (1190) y hace poco cuando con su cómplice del Grupo Veintitrés le entregó la dirección de sus otras señales al miserable Mario Pergolini que sumó 35 desvinculaciones, es decir ya van más de 40. Para colmo de males, en todo el entramado que estos dos facinerosos armaron ayudados por esta administración y que cobra millonadas en pauta oficial, hace más de cinco años que no hacen los correspondientes aporte jubilatorios y de obra social de todos sus empleados. Algo difícil de creer pero tan cierto como que ahí afuera ahora está el sol. El impresentable Enrique "Coti" Nosiglia, ex ministro del interior de Alfonsín y su testaferro Luis Cetrá deben haber sido de los tipos que más gente despidieron, negrearon y explotan todavía sin que nadie les toque un pelo y encima los premian con dineros estatales todos los meses. Lo mismo pasa con los medios de el "Muñeco" Pierri: Canal 26, la FM 101 y la cablera Telecentro, donde cada dos por tres se ejecuta una "purga" stalinista, similares a las que lleva adelante en su contaminante Pepelera Tucumán, hasta donde hay gerentes suyos procesados pero claro, nadie dice nada, si es socio de Clarín. Con Magnetto se reparten el monopolio del papel en todo el país, y toda la corporación política calla porque es empleada de bastardos como estos. El histórico Canal 9 fue vaciado por esta administración que se asoció con el narco mexicano de las novelas enlatadas, González González, para perdonarle impuestos y ponerle los productos ultrakash de Diego Gvirtz y su séquito de empleados públicos. Entre ellos TVR y Duro de Domar. Vilita y Manzano, dos viejos lobos del Riachuelo tienen como deporte dejar gente en la calle sistemáticamente. El franquista grupo español Prisa, impuso "retiros (despidos) voluntarios" a más de 40 personas en los últimos cuatro meses. Hadad primero y Cristóbal López después, podrían llenar un Titanic de rajados. La sangría es permanente en C5N, Radio 10 y las otras radios del grupo de López, y por su parte el Magnatte de Floresta sigue con los mismo en Infobae, la último semicierre de la versión TV, del portal terrorista se cobró ocho empleos. Los hermanitos Olmos, testaferros de Antonio Caló, titular de la CGT cristinista y de la UOM, con el respaldo de la Jefa de Estado y su nefasto Ministro de Precarización Laboral, Carlos "Buitre" Tomada, unificaron las redacciones de los diarios Crónica y BAE desarticulando las comisiones internas y empezando a echar compañeros. Lo hacen también en Crónica TV, en Ambito Financiero y lo hicieron en el vaciado matutino El Atlántico. Estos malandras le dieron paso a la "Multifunción", eufemismo de explotación, como hicieron los siniestros Ferreyra, los amigos del Secretario de Legal y Técnica de la Nación en Electroingeniería con el dúplex ilegal entre 360 TV y Radio Del Plata. En estas horas Página 12 pelea por un aumento salarial digno, ya que los empleados de las patronales y Tomada, los camañistas de la UTPBA, firmaron un "acuerdo" vergonzoso de 21 por ciento de ¿aumento? salarial para lo que resta del año. Lo mismo ocurrió con la prensa Oral y ya como ocurre en Radio El Mundo de Buenos Aires, que dirige ahora, nada más y nada menos, que el vaciador serial Julio Villalonga, y en los medios del Grupo Clarín donde se empieza a instalar la mal llamada "Convergencia", sinónimo de menos empleados y más trabajo por menos plata, trabajo en negro, precarizado, y por supuesto los despidos a cuenta gotas. Están en el mismo tren los medios del Grupo Santa María, ocultos bajo la pantalla de la fundación del sindicato de los encargados de edificio, donde roban con él precarizando colegas, el panqueque Eduardo Aliverti, Felipe Pigna y la clarinista María Seoane, que lleva su modelo explotador a la mismísima Radio Nacional, donde mantiene a sus trabajadores encuadrados como porteros, algo también difícil de creer pero tan cierto como lo que les vamos a contar ahora. Este es el último raje de Magnetto en AGEA/Clarín contado por los propios amigos del diario. Vean que a la hora de ajustar, todos estos delincuentes disfrazados de "empresarios de medios" no son ni opositores ni oficialistas, sino meros capitalistas, y de los peores. Aquí el comunicado de los cumpas:

El martes pasado, Julio Marini recibió un telegrama de desvinculación por parte de la empresa Agea-Clarín. Quien fuera durante largo tiempo jefe de la sección Deportes, con 32 años de trayectoria en el diario (durante los cuales se ganó el respeto de sus compañeros por sus cualidades personales y por la calidad de su trabajo periodístico), venía sufriendo desde marzo una suma de destratos incomprensibles. El telegrama viene a cerrar de la peor manera esta actitud de la dirección de la empresa y del área periodística. Desde la Comisión Interna expresamos nuestro respaldo a Julio y exigimos a Agea que revise su decisión. Además, expresamos nuestra preocupación -que nos transmiten muchos compañeros en diferentes ámbitos de la empresa- respecto a situaciones de autoritarismo y falta de diálogo. Queremos recordar que el periodismo lo llevan adelante personas, no empresas ni computadoras. Y que en pleno proceso de cambio hacia la convergencia papel-digital, que implica para todos una mayor exigencia de trabajo y una posible precarización de nuestras tareas, este hecho que ha sufrido Marini es doblemente preocupante. Porque parece una velada advertencia hacia el resto de los trabajadores y porque pretende ser una lamentable señal de verticalismo sin sentido, sólo como muestra de disciplinamiento. Advertimos a la dirección de la empresa y de la redacción: hay que cuidar a la gente, no hostigarla. Hay que cuidar la calidad, no castigarla. Y mucho menos usando telegramas.

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