Las confesiones de Jorge Lanata sobre la venta de Página 12

Me fui de Página porque se vendió a Clarín. Yo me podría haber quedado. Clarín no pidió que me fuera. tampoco hizo nada para evitarlo. Lo primero que hice cuando me enteré de la venta fue ir a verlo a Magnetto.

Noticias: ¿Cómo se enteró de la venta?

Lanata: Bueno la historia es así. Yo soy malo con las fechas. Fue a mediadios de un año, y yo me fui en marzo del siguiente (1994). En la dirección del diario estabamos Sokolowicz, Soriani, Prim y yo. Un día Socolowicz citó a una reunión enfrente de la Manzana de las Luces, en un bar que no sé si sigue existiendo. Nos sentamos ahí a tomar un café en la ventana, y discutimos el tema de la venta. Yo desconocía que había una gestión avanzada con Clarín. Me enteré en ese momento. El quería saber cual era nuestra posición. Y lo que comentamos todos era que no queríamos trabajar para Clarín. Me enteré en ese momento. Pero después todos cedieron. Y el único que no aceptó fui yo.

Esa semana o a la siguiente, llmé a Magnetto, hice una cita y lo fui a ver a Clarín, entrando por Piedras no por Tacuarí. Le dije que no era nada personal, pero que si yo quería trabajar en Clarín, entraba a Clarín. Y que me iba a ir de Página.

Noticias: ¿Y él que dijo?

Lanata: Que estaba bien si era mi decisión... Por eso digo que tampoco hicieron nada para que me quedara. Y a partir de eso, y durante casi un año, todos los jueves me reuní con Magnetto para hablar del diario. Es algo que nadie puede desmentir, porque yo estaba ahí. Nos reuníamos en una oficina en la calle Alem, en un piso 12 o 14, en una especie de fundación. No había nadie, me habría un tipo, adentro estaba Magnetto, tomaba un café con él, hablábamos de boludeces, del diario, de política, del país.

Noticias: ¿Por qué en ese momento no dijo que se iba de Página 12 por eso?

Lanata: Porque me me parecía que eso iba a hacer mierda al diario en ese momento.

Noticias: ¿Para qué le servía Página 12 a Clarín?

Lanata: Nunca lo supe. Y aunque parezca idiota, nunca le pregunté.

Me parecía violento preguntar una cosa así. Tampoco nunca supe con certeza si lo había comprado Clarín o directamente Magnetto. Lo que si sé es que después pasó algo patético. Me censuraron. No se podía escribir mi nombre en Página 12. Era increíble