Los que han indagado un poco en la historia de Página/12 saben que a pesar de no tener tantos años como La Nación y Clarín guarda historias realmente increíbles. Desde los inicios con el Fernando Sokolowicz , Ernesto Tiffemberg y el joven Lanata, pasando por los mitos, leyendas y verdades sobre sus reales accionistas desde las sombras que pasaron por el ex ERP y MTP, Gorriarán Merlo hasta el propio Héctor Magnetto (no Clarín). Hoy el desenlace en materia de la continuidad del matutino es realmente llamativo, y la verdad, lo único que le faltaba, caer en las manos de un burócrata sindical convertido en empresario, como tantos otros, de nombre Víctor Santa María. El ambicioso secretario general del gremio de los encargados de edificios (SUTERH). El tipo que conformó un cada vez menos pequeño multimedios a través de una "Fundación", ya conocida como Grupo Octubre, y que a pesar de ser un supuesto gremialista es un Hadad cualquiera en materia de explotación laboral de trabajadores de prensa. Acá, acá, acá, tiene algunas de las que se mandó (y manda) con su amigo y socio, el empresario "zurdo blanqueado", Eduardo Aliverti y el siniestro CEO Miritello en AM 750. También el hijo no reconocido del "dueño" de portal de la derecha más recalcitrante de este país, Infobae, con quien anda a los besos y sellando acuerdo en bambalinas, no tuvo piedad con los colegas de la Revista PIN, hecho denunciado por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), y en las que se cagó (y caga) hasta que truene el escarmiento, claro. Todo tiene un límite querido negrero. Lo que está haciendo precarizando trabajadores en Diario Z, FM Malena, Editorial Octubre, Centro Cultural Caras y Caretas y su revista homónima, Latinoemaerica Piensa, El Planeta Urbano, Filmar y Fonde ART, entre otros, no le va a costar gratis, y menos las ideas que hemos escuchado piensa llevar adelante en Página, donde ya se vivían instancias de vaciamiento que más allá de su impronta en materia de derechos humanos, y que siempre bancamos desde acá, preocupan a nuestros colegas. Dobles discursos no Santa!, haga honor a su apellido aunque más no sea una vez. Mire que lo estamos observando!.
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