Parece que la "Revolución de la Alegría", una versión libre y "light" de la "Revolución Libertadora" de Rojas y Aramburu, o la "Revolución Argentina" de Onganía, no piensa parar... todo lo contrario... sino potenciarse con los cabecillas de siempre. Nos referimos a los verdaderos dueños de la Argentina (hasta ahora), hijos de la Patria Contratista y Financiera, autora intelectual del genocidio de Videla, Massera y Agosti, encarnada hoy en Macri, y sus aliados de las familias "patricias", en este caso los Bullrich Luro Pueyrredón. El votante burgués medio, ese que prefiere no entender nada sino votar lo que escucha en la peluquería o la carnicería vía el Grupo Clarín y sus satélites naturales, está cada vez más desconcertado. Más allá de imitar el odio visceral de las elites, que los someten a ellos también pero como esclavos de cuellos azules, por los "negros obreros y desocupados", ya se están preguntando qué es lo que está haciendo la gerencia y accionistas de este gobierno antiobrero, antipueblo, antidignidad y PROpatronales negreras y explotadoras que empiezan a ir por ellos también. A pesar de que algunos porteños todavía están contentos con tener a un verdadero Rodríguez Larreta (de estirpe bien oligárquica y gorila) como intendente de la xenófoba Ciudad de Bs. As., a la que se intenta convertir en la Berlín de los años '40, no falta a quien en la volteada de puestos laborales se le quedó un familiar, un amigo, un vecino, un compañero o persona cercana en la calle con hijos, devaluación temeraria, aumentos a mansalva, deudas impositivas y de servicios que son impagables, etc, etc. El odio que se fomenta entre argentinos manipulándolos desde los medios es un arma de cuádruple filo y que inevitablemente va a terminar mal. Más allá de que la Represión Institucional nunca se detuvo, salvo la morigeración que llevó adelante Néstor Kirchner, al que tanto se extraña en medio de esta pesadilla, ya su viuda CFK había empezado a dar muestras de incrementarla con el Coronel Berni, Granados y Milani, pero claro... esto no se compara con nada de nada en el marco de lo que queremos seguir llamando democracia. Que otra vez la mujer que como ministra de ¿trabajo? del nefasto gobierno de la Alianza delarúomenemista sea elegida para reprimirnos, es justificación absoluta para que todos vayamos al psiquiatra urgente. No se puede entender el nivel de autoflagelación de esta sociedad que siempre se deja llevar por lo que el viejo Hegemonía Cultural, es decir ser pensado (y no pensar) cómo su opresor... realmente insólito!. Esto demuestra que no hemos aprendido nada y seguimos con la voluntad de no hacerlo. Algo que ya nos está saliendo muy caro, y que encima no tienen idea, lo terriblemente más caro que nos va a salir.
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