lunes, 6 de abril de 2015

La verdad del nefasto Grupo Clarín contada por sus protagonistas

Algunos de los que escribimos en este blog hemos tenido la desgracia de pasar por las fauces del siniestro Grupo Clarín. De todos modos nunca viene mal estar un rato en las entrañas del monstruo para saber de que va la cosa y entender que hay vida más allá de ese engendro siniestro que a estas alturas ha fagocitado y formateado a miles de personas que alguna vez soñaron con ser periodistas, o algo parecido. En diversas charlas, los que anduvimos por allí, sea cualquiera de sus medios (radios, canales, diarios, revistas, etc), concordamos en cinco puntos en los que el Multimedios que representa a las corporaciones de derecha, obviamente con el barniz de un producto dirigido a las "clases medias" y "medias bajas"... algo así como un La Nación para los que andan en bondi, se destaca por poner como prioridad para con sus productos y sus vapuleados empleados, ahí van: 1) hacer creer a la víctima que llega a sus filas para ser negreado que alcanzó su techo, que está en la Meca, que ha llegado a la meta que otros jamás podrán alcanzar, seguramente por ser ineptos, nada "profesionales", y seguramente faltos del "talento" suficiente para "pertenecer" a esa "elite de elegidos". Estar ahí implicaría implícitamente, según estos preceptos engañosos y falsos, empezar a ser un privilegiado, un premiado en esta breve existencia terrenal en un lugar "inalcanzable", al que la mayoría del populacho jamás tendrá acceso. 2) Generar desde "el vamos" un potente clima de competencia desleal entre compañeros, semioculto claro, en un hipócrita espíritu de cuerpo que transmiten los gerentitos, pequeños "ricos" serviles a las "altas esferas del holding, quienes obviamente, y como indica el "manual del alumno clarinista", deben ser más magnettistas que el propio Magnetto. Estrategia laboral que fomenta la falta de solidaridad absoluta, aunque para las tribunas que los rodean entre los muros del emporio les hayan enseñado a demostrar absolutamente lo contrario. Un dato que muchos habrán notado es que es muy difícil que un empleado del "gran grupo argentino" hable bien de otro, quizás sólo lo haga por algún tiempo hasta que llegue el momento en que la causalidad gerencial lo cruce en su camino... eso si, difícil que alguno cuestione a sus jefes y a la "incuestionable" empresa, una suerte de Pachamama que les chupa las sangre mientras gozan con un placer morboso. 3) La política de "premios" y "castigos" es un clásico de varias mafias disfrazadas de empresas, Clarín debe ser el campeón interamericano y tal vez mundial en la materia. El esquema consiste en sacarle el mayor jugo posible a cada laburante, por ejemplo que haga más horas de las que le corresponden, que cumpla más funciones de las que le tocan, implantar a rajatabla una línea editorial que pareciera no imponerse pero que resulta peor que eso... es como una voz que proviene sin sonido desde "el más allá de la calle Tacuarí"... una suerte de mantra demoníaco que se mete como un virus en las mentes de sus soldados. El Grupo le indica a sus asalariados no sólo como deben pensar con respecto a la bajada de los medios que le pertenecen, sino como hacerlo con respecto a su propia persona. Así es como el "Perro de Pavlov" y el "Síndrome de Estocolmo" se combinan en un cóctel perverso y explosivo. El empleado empieza a "registrar" al tiempo de estar en las entrañas del lobo feróz, que si hace lo que le dicen, a pesar del costo negativo que eso tenga tanto a nivel personal, individual y colectivo, será premiado, como el canino de Pavlov, con un hueso. En estos casos el "hueso" tiene escalas de menos a mayor: desde el celu abierto y el taxi libre hasta un viaje para hacer alguna cobertura especial, darle más "horas de vuelo" al aire, hacer piso en estudio (radio o TV) y sentirse la estrella del super chino del barrio o la carnicería, también más espacio e importancia si se trata de prensa escrita, porque no un titulito en la tapita, etc, etc. La cuestión casi nunca gira en torno a lo salarial, de hecho nadie en el Oligopolio gana igual que otro, ya que nunca esos miserables respetaron convenio, estatuto o puta ley laboral alguna. Los "arreglos" los hacen los garcas de Recursos in-Humanos según la cara, situación y debilidad del "interesado" en trabajar ahí... unos reverendos hijos de puta va!. Así como el abusado empieza a estar condicionado igual que el perrito que empieza a babear cuando siente la campanita de un posible "premio/hueso", a su vez incorpora, y más de uno puede dar fe de esto, es más, unos cuantos!, que si no hace lo que se le exige será castigado... nooo!... ni latigazos, ni retos, ni nada parecido.... algo "peor"!... eso no genera el miedo que necesita "la empresa"... el método tiene que ver con exacerbar el individualismo y el pánico... el "premio/hueso" en ese caso de "traición" a la patronal se le dará automáticamente a uno de sus compañeros más cercanos, si tiene "buena relación" con él, mejor... dolerá más y la bronca, la envidia y el terror a ser dejado afuera por los mandamas se pondrán en un desesperado estado de alerta. Así es como se empieza a metabolizar la idea de que los compañeros de trabajo no son tales, es decir no son pares que están en la misma que él o ellos, sino que son potenciales enemigos peligrosos que pueden poner en riesgo su integridad "profesional" en el "Noble Imperio". Para cerrar este punto, lo increíble de esta suerte de psicosis es que a pesar del ultraje que el trabajador recibe y que naturaliza como algo que entiende que es así y listo, tiende a no sentir bronca contra quienes administran y llevan adelante ese mecanismo pestilente, sino todo lo contrario, adorarán a sus jefes y los verán como super héroes, no porque sean buenos, sino porque como experimenta el secuestrado que sabe que su vida o muerte depende del secuestrador, es carcomido por el Síndrome de Estocolmo y empieza a querer, a defender, y hasta a jugárselas por quien le está cagando y robando la vida, la dignidad, la libertad de acción... todo va!. 4) Es esencial para mantener este enclave de ultraje e injusticia conseguir que la víctima crea que su supervivencia depende sólo de estar dentro del Grupo a lo que de lugar y caiga quien caiga, entregando a su madre si es necesario. Bajo este concepto insólito afuera de allí soló habría brumas y desolación. Lograr dehumanizar al empleado es el fundamento con el cual Don Héctor monopolizó el arte de cagar laburantes de prensa y otros rubros durante décadas, hasta que algunos advenedizos se atrevieron a disputarle el podio. Así sus malos discípulos: Szposlki, Garfunkel, Ferreyra de Electroingeniería, Cristóbal LópezVila y Manzano, Moneta, Nosiglia y Cetrá, entre otros, tienen paros y rebeliones permanentes entre su tropa, porque creen que con solamente pisarles las cabezas a negreadas todo el tiempo y sin respiro van a conseguir que les teman y los "quieran" como a Magnetto... no es tan fácil muchachos!. Engendrar esclavos como los de Don Héctor fue un "trabajo" hasta científico si se quiere, porque más allá de que el tipo sea un gran hijo de siete mil putas sin ninguna clase de escrúpulos, es digno reconocer que hay que tener un talento oscurísimo para llevar adelante semejante cultura de la peor mierda que se pueda imaginar. Lo del tipo es algo digno de un Maquiavelo moderno, ese florentino inteligentísimo que predicó en base a sus observaciones, que para sostener el poder los súbditos tienen que querer y temer al Príncipe, pero que siempre es preferible que la segunda opción tenga preeminencia sobre la primera. Los muchachos que nombramos no consiguen otra cosa que la primera... así les va!. 5) Para cerrar nuestro "estudio de campo" sobre el infierno Clarín al que muchos creen el Paraíso, o mejor dicho, prefieren autoengañarse de que esa inmundicia es así, la quinta pata que todos los que anduvimos por sus redacciones, oficinas, gerencias, etc, es que el Grupo siempre prefirió mostrar fortaleza y jamás debilidades, tanto puertas afuera como puertas adentro. Su "miniestado" policíaco con cámaras, buchones (que hasta pueden estar en el cumpa de al lado), personal de seguridad que usa corbata y otro de menor rango que lo hace vestido de cana, para que el cuerpo de esa institución de explotación se parezca lo más posible a una sucursal de un banco multinacional, nunca se ocultó, siempre estuvo a la vista. Esa fuerza orwelliana siempre fue, va y será dirigida para los de adentro, no sea cosa que piensen un instante algo que "El Gran Hemano" Magnetto no quiere o no le conviene que piensen. Las tapas ruidosas, los titulares "estremecedores" y rimbombantes, las subas en la bolsa de sus acciones, las producciones y contrataciones fastuosas con coberturas hollywoodenses, como podría ser PPT, son para afuera, para el consumidor, el televidente, lector, u oyente que también es cliente de Cablevisión y los cientos de servicios que presta el Holding.
Alguna vez les contamos lo que el genial Enrique Symns, uno de los grandes provocadores que se cagó en Clarín, ojo! como tantos otros, tal el caso, por nombrar alguno, de Pablo Llonto, escribió sobre el invento de Roberto Noble, acá se los reproducimos:

"En cada país existe el periodismo, lo que se llama “el cuarto poder”. Cada país está representado por un diario. En Chile es muy terrible: El Mercurio, para poder sobrevivir, apoyó el golpe de Pinochet y éste exigió que murieran todos los demás diarios que había. Es un caso excesivo el que te cuento. Clarín es, también, un diario maldito: siempre estuvo acompañando al país, lo hace ahora mismo. En Cerdos & Peces lo declaramos enemigo principal. No es ideológico lo de ellos, es como una especie de extorsión de hombres de negocios, como si fueran un FMI del periodismo. No tiene ideología. Ellos avanzan y van criticando. Son los dueños de la moral. Es la peor peste. Me acuerdo cómo eran los procedimientos: te invitaban a comer, te tentaban con el buen vivir. Pero también me pasó siendo editor de Satiricón y de Eroticón. Era lo mismo, te daban tarjeta de crédito. Hay dos cosas que quieren secuestrarte los grandes medios: antes que secuestrarte el contenido de tus palabras, te quieren secuestrar el lenguaje. No por nada existen los columnistas, a los que se les permite hablar como si fueran personas; a los demás los vuelven uniformes con el quick writing. El jefe te enseña a escribir con un lenguaje desalmado, porque si hay algo sin alma es el periodismo objetivo. No puede existir un carajo la objetividad. Con qué carajo de objetividad podés ir vos a entrevistar a un leproso, después al enfermero, al médico, al psicólogo y no ponerte de parte del pobre leproso. Bueno, es así el mundo. Se llama a eso “policiales” no “delincuenciales”, siempre se llama del lado del poder. Y Clarín es el poder. Clarín es el menemismo oculto en el mundo de las palabras."


Ahora otro compañero despertó de la matrix aciaga de este pulpo que desde el '45 nos viene comiendo el coco. Se trata de Martín Sánchez quien fue redactor del Diario Clarín desde 1996, donde se desempeñó entre otras secciones en Deportes, Política, Internacional y Proyectos Especiales. Miren lo que cuenta, es imperdible:


"Este es el texto de mi despedida a la redaccción de Clarín Y llegó el día en que dejé de pasar por esa puerta de la calle Tacuarí. Fueron 19 años pasando, fue un tiempo en el que con atildada aplicación me fueron desmoronando la voluntad, el deseo, la profesión. Entré por primera vez con el alma entre fuegos con la ilusión de poder ejercer el periodismo en tan vasta tribuna. Iba a poder decir, escribir, para muchos. Estaba feliz porque un diario tan poderoso como Clarín me invitaba a ser parte de sus filas aún conociendo de mi amor por la libertad, de mis enojos con la injusticia. Es que yo ya venía de desandar redacciones, pero llegar a Clarín era como tener el cielo ahí nomás. Era “llegar”, recuerdo que me decían, “si entraste a Clarín llegaste”, repetían convenciéndome de que había arribado a la cima. Dijo Scott Fitzgerald que “toda vida es un proceso de demolición”. Digo yo ahora después de 19 años, que Clarín demuele lentamente las ambiciones de su personal, va limando la autoestima, y como yo y como tantos, tarde o temprano tenemos marcado el destino de vagar en las postrimerías de sus laberintos sin señales de fe, sin saber qué somos, y terminamos preguntándonos qué es lo que hacemos en un diario si ya no nos consideramos periodistas. Nunca me voy a olvidar de la época en que me dejaban escribir: si la nota tenía repercusión en las radios y era ponderada sabía lo que me esperaba. Me recibían caras largas, y en algunas de esas oportunidades me mandaban a hacer suplencias a obituarios y servicio metereológico. Como ahora, antes de decirle finalmente adiós a Clarín. Querían obligarme a hacer el siguiente trabajo: pegar cartas de lectores previamente seleccionadas. Después de 35 años de oficio, ése era el reconocimiento… Es que la única estrella en el firmamento debe ser Clarín, hay que estar dispuesto a seguir sus vaivenes ideológicos y empresariales a costa del propio vuelo. Pero lo que no se entiende en Clarín, y ahora menos que nunca, es que no promueva a sus periodistas a que apunten a la calidad de cada texto, a la profundización del periodismo, a la investigación, a la creatividad. ¿Quién dijo que la gente ya no quiere leer? ¿Quién dijo que la gente pide cadáveres sobre cadáveres? ¿Quién dijo que hasta la información más pueril deba ser manipulada? ¿Quién dijo que todo está perdido? De todas maneras conmigo casi que lo consiguieron. Para mí parece todo perdido. Me cuesta creer en algo que huela parecido a periodismo. Ahora que estoy afuera quisiera ser hombre rana, deshollinador, cazafantasma o vendedor de lotes en la luna, pero periodista no por favor, me arrancaron las ganas."

Vieron lo que hizo el magnettismo corporativo con este colega, no creemos que sea como para dejar el periodismo a pesar de todas sus miserias, pero lo entendemos... ya va a pasar... Igual ojo!, estemos atentos a esto, laburemos en Clarín o en cualquiera de sus malas copias nunca dejemos que nos pase esto ni nada parecido.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

A Symns lo considero un gran periodista y mejor escritor todavía; lo que no entiendo es que ahora en su senectud,bastante enfermo,le termine chupando el ojete a Lanata (que a mi entender es bastante peor que Magnetto, cagador serial de laburantes y además nuevo adalid de la ultraderecha mas repugnante); y rodeandose de personajes como Palito Ortega (la cara del "proyecto cultural" de la dictadura). Termina su vida siendo un opinador compulsivo con un grupete de pelotudos aduladores.

Saludos

NOTERODEAPIE dijo...

SU TRISTE FINAL ES PROBABLE QUE SEA CIERTO, NO SOMOS NECIOS, PERO LO QUE DICE DE CLARÍN Y EL MAGNETTISMO ES IRREFUTABLE. SALUTE, EL NOTERO

Tercerizados Unir dijo...

Alguien dijo grupo clarín negrero? y eso que la mayoria no sabe lo que pasa en corrales 1537 (pompeya) y Humberto Primo 76 (quilmes) donde está el correo de clarín llamado UNIR, con 200 trabajadores contratados por agencia, cobrando menos de un sueldo minimo.