El kirchnerismo bobo no puede darle batalla ni por asomo a la disidencia K de "La Carrasco"

A Lucas Carrasco lo bancamos cuando vale la pena lo que dice y hace, pero también lo criticamos cuando vuelca en algunos aspectos. Igual ojo!! es todo muy subjetivo, al fin de cuentas acá no somos jueces de nada y muchos menos santos, además, ¿a quién carajos le importa lo que opinamos nosotros sobre nada ¿no?. Lo cierto es que aprovechando la libertad controlada de Internet tenemos la posibilidad de opinar sobre la pelea que se empieza a dar entre la disidencia kirchnerista y su antípoda boba, lumpen, repetidora de libretos del "relato" y que tiene como principal consigna ascender en la escala del poder K, sea tanto a nivel de cargos políticos o en los mismos medios que de a poco ha ido comprando el gobierno mediante empresarios adictos... ojo!, adictos a la guita, no a ideas, proyectos ni utopías. En la nota que se le hizo al Panza Verde en el ciclo de América TV, "Intratables", queda claro el nivel argumental que tiene cada facción en esta pelea que es la que se viene dentro de la alianza gobernante, más allá de la larga disputa con el Grupo Clarín y sus adláteres, donde les podemos asegurar que ni siquiera hay discusiones internas, más allá de las que tienen que ver con tristes disputas entre colegas que se sacan los ojos por quedar bien con sus patrones Magnetto y Carlitos "negrero" D'Elìa. para ver quien recibe más premios, o mejor dicho huesos. Carrasco, más allá de sus polémicas apariciones, es un tipo lúcido, que en síntesis lo que asegura es que las políticas progresistas que ha llevado adelante el matrimonio Kirchner no pueden ser ambiguas, no pueden tener el trasfondo de una banda de multimillonarios y militantes convertidos en funcionarios que no se dedican a la política sino a hacer negocios, en eso no se puede no estar de acuerdo. El otro sector, representado en el programa que subimos por un ambicioso muchacho de apellido Brancatelli, es de la clase de  tipos obsecuentes que no se cansa de tirarle flores al cristinismo con una finalidad bien clara, coleccionar contratos en medios estatales y paraestatales. Lamentablemente, hoy por hoy, de estos boludos los medios oficialistas están llenos. El la discusión con el entrerriano este tipo no tuvo otra salida que emular al escuálido "filósofo" de la nada y botón de 6,7,8, Dante Palma,  pegando bajo con el tema de la adicciones y el reviente. Lo mismo hace en ese variopinto panel televisivo, y está en el vídeo, la defeccionada María Julia Oliván. Una ex respetada colega que ahora anda a los besos con dirigentes de la oposición cavernícola tratando de encontrar en el pajar de la derrotada secta de viejas indignadas alguna aguja para pegar a quien hasta no hace mucho defendía. Porque a Lucas se le podrá decir de todo, pero va a ser difícil encontrarlo en un acto del PRO, del desintegrado y caprilista FAP del aburrido Binner y la gorila Morandini, o del radicalismo sanzciano o alfonsinista. Si el kirchnerismo fundamentalista va a defender el poder interno que tiene con esta logia de paracaidístas de la patria contratista de los medios, que vaya pensando que va a quedar en desventaja. Aprendan Zanini, Parrilli y Cristina, la Obediencia Debida de la billetera tiene un límite, como todo.