Clarín y el Gobierno utilizan la ambición desmedida de los periodistas para jugar una guerra absurda que puede terminar mal

En el fragor de la supuesta "batalla ideológica" hay un trasfondo de lucha de egos, celos, premios y castigos por parte de los periodistas que es funcional a las necesidades de Clarín y el Gobierno para sembrar un peligroso clima de violencia entre argentinos. A río revuelto, ganancia de pescadores...

Es indudable que a pesar de que no se van a terminar de eliminar nunca, porque al fin de cuentas se necesitan mutuamente, especialmente en los próximos tres años, el Oligopolio Clarín y el Gobierno "nacional y popular" han decidido llevar al límite la simbología del siniestro efecto "madre de todas las batallas", la sanata del 8N y el 7D está en su apogeo absoluto para que todos tomemos posición y si es posible nos reventemos a trompadas en las calles. Así es como cada bando alinea a su tropa y aprovecha especialmente a los más serviciales, a los más ambiciosos, a los más trepadores, a los más serviles para unificar a la tropa detrás de "objetivos claros". Magnetto supo siempre premiar y castigar a sus empleados. Para los que cumplen a rajatabla la línea editorial de la empresa y están dispuestos a todo por la causa hay viajes, aumentos salariales, más horas de cámara, el sueño de salir en la pantalla de Telenoche, la promesa de un futuro de fama y éxito, y otras "bondades" más. Como buen alumno del magnettismo, el Gobierno "popular" hace exactamente lo mismo con su soldadesca mediática. Los que ponen el cuerpo a las balas y se someten a los escupitajos ideológicos de los gorilas golpistas tendrán la posibilidad de que sus tías, amantes, amigos y compañeros de trabajo tal vez los vean en 6,7,8., los lean en Tiempo Argentino o quizás terminen por fin con un promisorio futuro conduciendo ciclo propio en la red de medios oficial o paraestatal del kirchnerato. A unos y otros, como verán no los mueve ningún principio moral, ético, humanitario o político. Ayer nomas, Biasatti era un tipo contestatario en el viejo Canal 11 que dirigía Héctor Ricardo García, hoy es un monigote que repite como loro todos los lineamientos de un grupo al que hubiera repudiado si la tranquilidad pecuniaria propuesta por Clarín no le hubiera echo crecer tanto la panza. Lanata publicaba en Página 12 las fotos con las fechas de desaparición de cientos de militantes secuestrados por la dictadura cívico militar, hoy parece una gorda de la Avenida Quintana indignada en la peluquería porque con sus impuestos se está bancando a los negros vagos del conurbano que encima le hablan de los '70. Por el otro lado están los Barone, los Galende, los Barragán, los Ottaviano,... tipos/as que se cansaron de regalarles horas de sus vidas al "Gran Hermano" Magnetto, a Saguier y hasta al corleónico Fontevecchia. Ayer la Sarlo era maoísta y hoy es una indignada que escribe contra todo lo que tenga olor a peronismo desde La Nación. Cynthia Garcia se mataba para sumar puntos de rating en la tele mostrándonos el cadáver de una pobre mujer asesinada y hoy nos dice que es un exponente de la ética periodística del kircherismo.... no jodamos compañeros!. Todos están defendiendo una quintita propia y desde adentro de esta profesión eso se sabe muy bien. No es casualidad que todos los periodistas pensemos igual, o muy parecido a los medios y patrones para los que trabajamos ¿no?. Esta absurda guerra peligrosa que puede terminar mal está siendo fogoneada por nosotros, que al parecer estamos pensando más en alimentar nuestros egos enfermizos y nuestras cuentas bancarias que en la labor que tenemos que llevar adelante. A Sarlo le encantó que la nombraran hasta en los inodoros cuando dijo la famosa frase "conmigo no Barone", tanto como a la García le fascino que todos sus compañeritos de "principios ideológicos" le celebraran la patriada de ir a sobrar a los reaccionarios manifestantes del 8N. Lamentablemente los que hacemos este laburo tenemos un gran parentesco con las vedettes de la calle Corrientes, nos encanta estar en la boca de todos, así sea porque hicimos algo loable o simplemente porque recorrimos una marcha viendo a ver a quien de nosotros nos rompían más la cabeza para salir en todos los medios. La verdad que después de lo que pasó desde este blog, tenemos miedo que en las próximas movilizaciones, sea desde un bando o desde el otro (Clarín o Gobierno), los cronistas movileros hagamos una competencia para ver a quien de todos nos pegan más. No seamos participes de estos discursos hipócritas que pueden llevar a la sociedad a un enfrentamiento innecesario. Las diferencias existen, eso está claro, acá asesinaron a 30 mil personas ¿por si no se acuerdan?. A las piñas y a los tiros acá ya no resolvemos más nada. No podemos tirarle más leña al fuego para ver si nos ascienden Magnetto, Szpolski, Gvirtz, Seoane o Moneta. Si mañana tenemos un reguero de sangre porque se enciende la mecha que nosotros ayudamos a prender no va a haber nadie beneficiado muchachos eh!, eso lo pueden tener por seguro. Sólo van a salir airosos como siempre los multimillonarios que nos dicen por un lado que son la garantía de la libertad de expresión, o por el otro los que afirman que representan la revolución popular. Los mismos que a la larga o a la corta se sientan a negociar sobre nuestras tumbas sin que la justicia los alcance nunca, recuerden el 2001 ¿acaso dónde están De La Rúa, Duhalde, Ruckauf, Chacho Alvarez, los Saá?... ahí claro!, sueltitos, echos y disfrutando todavía de sus privilegios. Estos tipos son el poder y van a ir hasta las últimas consecuencias para mantenerlo. Ninguno es lo que dice ser ni hace nada de lo que dice, solamente tenemos una certeza, son los que gobiernan nuestro país desde hace casi diez años desde Balcarce 50 y desde la calle Tacuarí. Ahora pretenden que otra vez salgamos a matarnos entre nosotros porque saben muy bien que a río revuelto ganancia de pescadores. Esta vez amigos, no les demos el gusto y resolvamos nuestros conflictos en paz.