sábado, 18 de febrero de 2012

El kirchnerismo quiere seguir con la megaminería menemista pero su propio discurso se lo impide

Ni el mismo Eduardo Galeano, se explica como el gobierno argentino, del cual destacó en más de una oportunidad decisiones que inclusive nosotros bancamos desde este blog, mantiene una bochornosa posición a favor de la explotación megaminera que saquea nuestros recursos naturales a cambio de muerte y contaminación. Lo que el gran escritor quizás no recuerde es que el kirchnerismo fue el cómplice de la entrega de Yacimientos Petrolíferos Fiscales junto al menemato y que por consiguiente lo lógico es que continúe la trágica política de megaexplotación que Patillas abrió a las empresas extranjeras a cambio de espejitos de colores. Porque a decir verdad, el verso de las fuentes laborales fue siempre eso, una mentira que nunca se concretó, es la misma sanata de las inversiones que se van o que nunca llegan... ¿nunca van a hablar de la producción propia, de la generación de industrias por parte del Estado con nuestros propios recursos?... ¿qué es eso del discurso mentiroso de esperar que siempre nos venga a salvar Mc Donald y el capital externo?.. ¿no era que el "gobierno popular" había matado y enterrado al FMI, a Milton Friedman y a Cavallo?. Como buen enclave colonial, en el siglo XXI la Argentina sigue permitiendo que cualquier hijo de vecino inglés, yanqui o finlandés venga y haga lo quiera con nuestras tierras y riquezas. Intente cualquiera de nosotros ponerse a explotar una huerta de mandarinas en EE.UU., Gran Bretania o Finlandia?. La ametralladora de patadas en el culo que recibiríamos hasta el aeropuerto, si tenemos suerte, sería tal que se nos irían las ganas de soñar con ser minicolonialistas en cinco minutos. El kirchnerismo enarboló en parte la batalla contra Botnia en su momento porque era imposible frenar el reclamo de los heroicos ambientalistas de Gualeguaychú, que así y todo, de a poco fueron dejados de lado y tomados por tontos que hoy soportan el olor a podrido en sus ríos. La clara hipocresía de esa avanzada diplomática trucha fue que kirchner le exigía a los filandeses lo que jamás le pidió a la temible papelera Tucumán, por ejemplo, del nuevo aliado gubernamental, Alberto Pierri, la cual genera un verdadero desastre ambiental en esa provincia homónima, o la de Papel Prensa, empresa que sigue siendo disputada por los perversos socios Clarín-La Nación-Gobierno, pero sin que nadie demuestra una gota de ambientalismo ante el desastre contaminante que genera en su planta de San Pedro. Por eso muchachos, no nos pongamos nerviosos y aceptemos algo más allá de las ilusas discusiones de bar con respecto a ser K o antiK: los intereses en pugna, en este caso el Macrimagnettismo y el Kirchnerato tienen muertitos en el placard que son compartidos, por eso Clarín, teniendo los elementos suficientes para hacerlo desde años, jamás le da la estocada final al Gobierno y tampoco ocurre lo mismo a la inversa. Estos "enemigos" se necesitan y retroalimentan en el espanto, Maquiavelo decía que para mantenerse en estado de hegemonía permanente había que tener un enemigo que generara la cooptación permanente de la ciudadanía para apoyar determinada causa, si dicho enemigo no existía, pues bien, había que inventarlo. El Gran Grupo y los kirchneristas se demonizan todo el tiempo para llevar a la practica ese vampirismo enfermizo. El gran escritor uruguayo que está en la foto dijo sabiamente una vez que nunca esperemos que la solución a nuestros problemas llegue de manos de quienes los generaron. Por eso amigos, no esperemos que el Cristinismo o el Macrimagnetismo no resuelvan nada. Estas corporaciones trabajan para otros intereses que nada tienen que ver con los del pueblo, el discurso y la realidad nos demuestran minuto a minuto que la cosa es así y la única forma de cambiarla es salir de la engañosa guerra de la que nos quieren hacer participar.

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