Como siempre, los estados nacionales o provinciales, por lo menos de esta parte del planeta, se siguen manejando con políticas represivas que recaen sobre todo aquel que pretenda avanzar contra o defenderse de algún poder establecido. Los discursos "populares" y las sanatas planfetarias quedan siempre para los actos de campaña y de demagogia, nada más. Ocurrió históricamente y sigue pasando como hace poco en Santa Fé donde se asesinó a tres militantes del Frente Darío Santillán por reclamar justicia, se repite con las violentas represiones que impulsó la gobernadora Corpacci en Catamarca por las marchas contra la megaminería contaminante y saqueadora. En este tema la cosa va más allá de ser kirchnerista, binnerista o macrista. Los palos son siempre para los mismos, como decía un viejo gingle de campaña de los años '80 "para los de abajo". Los que no tienen otra posibilidad que salir a la calle, manifestarse en una plaza, cortar una calle, una avenida, o acampar cerca de donde están los que mandan. Basta ver los datos de la Coordinadora Contra la Represión Policial y Estatal (CORREPI) para darse cuenta que la política de represión a la protesta social nunca se fue, como Troilo, siempre está llegando.
sábado, 11 de febrero de 2012
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