sábado, 9 de enero de 2010

La guerra de medios opositores y oficialistas


En su estrategia de poder, Néstor Kirchner y su gerenciadora Cristina han procurado ganar, comprar, cooptar una importante franja de medios que hoy le hacen frente al clásico tándem-emporio de Clarín-La Nación. Aunque haya muchas cosas para criticar y quejarse es digno reconocer que nunca antes como hoy se había dado este fenómeno. Obvio que en el medio los intereses encontrados de estas fuerzas de poder arrasan con leyes, derechos adquiridos de los trabajadores, etc, etc. Saliendo un poco de ese eje que es fundamental para este blog no se puede evitar hacer una mirada critica sobre este proceso.
Una de las cosas que se ha desenmascarado con este conflicto es que el "gran grupo argentino" parece habernos dado durante varias décadas dosis ilimitadas de informaciones generalizadas con el banal barniz de objetividad que lo ha caracterizado y que nos ha vuelto seres mediocremente informados y sustancialmente persuadidos de que lo que decía Clarín y La Nación era todo lo que necesitábamos saber. Un "paradigma" de "comunicación", de "culturización", de "operatividad política" nefasto. Mecánica que se enquistó en las clases medias, altas y bajas de la República Argentina casi como si se tratara de un hecho natural. Todavía se ve en las calles porteñas al clásico burgués semi ilustrado, en sandalias, bermudas, con mascota y celular, con un clarinete o Nación debajo del brazo, creyendo que con eso tiene el mundo a sus pies.
La ambición desmedida de este grupo de empresarios, millonarios y arribistas que gobierna el país con una impronta falsa de administración progresista ha sabido generar hábilmente un contrapeso que está dando sus frutos. La contratación permanente de periodistas, artistas, intelectuales, productores, técnicos, columnistas, colaboradores, etc, ha provisto al kirchnerismo de un ejército mercenario que mientras tenga sus beneficios hará lo mejor posible su trabajo. En esa empresa, los cabecillas oficialistas han usado mejor el sentido común. Si algo ha quedado al descubierto y claro es que semejante grupo económico como el de Magnetto y acólitos, no puede defender sus intereses con personajes limitados y vulgares como Bonelli, Silvestre o Santo Biasatti. En esta partida se puede inferir sin mayor esfuerzo que al lado de María Laura Santillán y Lorena Maciel, María Julia Oliván es Simón de Beauvoir. Lo mismo ocurre con Nelson Castro y Joaquín Morales Solá, quienes al lado del neo k Víctor Hugo Morales y Orlando Barone son como Abbott y Costello. En el terreno filosófico- intelectual se puede concluir, sin temor a equivocarse, que José Pablo Feinmann, al lado del dubitativo y petulante Marcos Aguinis es D'alambert. Si hasta el pelotudo y ñoqui de Cábito Alcántara parece Groucho Marx comparado con el humor vomitivo de Chiche Gelblung.
En breve síntesis, lo que queremos decir con esto, es que Néstor y Cristina, con toda su mala leche y su neoliberalismo hipócrita han sabido rodearse de mejores operadores que la patética "oposición".

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ADHIERO NOTERO, ADHIERO TOTALMENTE. G.L

Anónimo dijo...

es verdad lo que dijeron ayer, que este programa oficialista nos cuesta 50 palos al mes?