Mientras los padres y familiares de la víctimas de Cromagnon volvieron a llorar el recuerdo de sus seres queridos muertos en la tragedia, los representantes del pueblo de la ciudad dispusieron un sorprendente operativo de seguridad alrededor de la legislatura para proteger al ex jefe de gobierno Aníbal Ibarra que volvió a la "función pública" como si nada. El Noterodeapie se sintió desgarrado. Los padres llegaban hasta Perú y Avenida de Mayo, donde dispusieron de manera simbólica más de 200 sillas vacías con fotos y nombres de los chicos, y no podían evitar quebrarse ante el dolor y la impotencia de la indiferencia de ¿nuestros? legisladores.
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