Como gusta decir a nuestra nueva Presidenta cada vez que sale del centro de la ciudad Buenos Aires, "visito la Argentina profunda"". Se entiende por esta adjetivación la Argentina olvidada, dejada de lado, abandonada por la gran urbe capitalista. Lo cierto es que no hace falta recorrer muchos kilómetros para darse cuenta que el estado de indigencia sigue acusiando a millones de argentinos. Esta semana por circunstancias de la vida, el Noterodeapie volvió a visitar un hopital público en el Conurbano Bonaerense. Para ser más exactos el Paroissien (en I. Casanova, La Matanza). La imágen dantesca de un centro asistencial atravesando un período de guerra, es lo mínimo que se puede decir. Instalaciones derruídas, medicos agobiados e insensibles, personal de seguridad digno de una película de ciencia ficción en un planeta apocalíptico. El lugar no da a vasto, está superpoblado y casi como en tiendas miserables del Oriente Medio conviven los familiares de los chicos allí internados. Circulan todos por pasillos y teóricos patios internos, donde la maleza recuerda al Mato Groso y en donde el olor es pestilente y nauseabundo.
Vamos a darle tiempo al hombre de los trajes y autos importados, el hadaísta Doctor Zinn (flamante Ministro de Salud de la Provincia) para que se haga una escapada hasta algunos de estos lupanares sanitarios, quizá se conmueva y haga algo, nos permitimos dudarlo. De Cristina y su verborragia pseudo popular mejor no decimos nada, por ahora.
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