lunes, 12 de agosto de 2013

La soberbia, el choreo y contradicciones del kirchnerato le abren otra vez las puertas al duhaldismo, ahora disfrazado de "massismo"

En el posteo anterior ya habíamos opinado que la oferta electoral de la corporación política para estas primarias y las que se vienen en octubre es de las más pobre de la historia, y lo sostenemos, como verán siempre son los mismos. Con sólo observar que lo que más importante para todos fue la interna del tristemente celebre pejotismo bonaerense y sus ramificaciones a nivel nacional, queda claro que ésta sigue siendo una batalla de titanes que tienen intereses dentro del mismo esquema de poder. Lo cierto, es que la lista de candidatos del llamado "massismo", que obtuvo un triunfo contundente en el corazón del poder peronista, no es otra cosa que la estructura del duhaldismo más recalcitrante, ese duhaldismo que surgió como una versión aggiornada del menemismo, y que a su vez, en la coyuntura extravagante de nuestro país, le dio lugar a otra versión más edulcorada de ese duhaldemenemismo: el kirchnerismo. Ese engendro que supo sumar, gracias a la inteligencia estratégica del desaparecido Néstor Kirchner, a sectores del verdadero campo nacional y popular, que por primera vez desde la caída de la dictadura genocida y su continuador en democracia, Carlos Saúl, tuvo un lugar dentro de la estructura de poder. De ahí esa ya vieja frase que Capusotto pronunció alguna vez: "el kirchnerismo es menemsmo con Derechos Humanos". De todos modos, nadie puede negar, con todas sus contradicciones, que el Pingüino supo leer la realidad del momento e impulsó una serie de medidas, que su esposa continuó con otros matices, pero con dosis exacerbadas de soberbia y hasta de endogamia hegemónica que no eran necesarias. Esa matriz cristinista fue fortaleciendo a una generación, muchos hijos de aquellos desaparecidos que querían cambiar el estado injusto del sistema de cosas de verdad, y los transformó en funcionarios que ganan fortunas y no pueden bajar de su nube de pedos y arrogancia con su epicentro en Puerto Madero. Ya sabemos que Macri, De Narváez, Scioli, Massa, y otros impresentables son lo más cavernícola de lo que podríamos denominar la "derecha peronista", pero muchachos! ¿quién puede creer que Boudou, Berni, Pichetto, Anibal Fernández, Insfrán, Urtubey, Alperovich y los "Gordos" menemistas, entre otros, encabezados por Caló, pueden ser defensores de los intereses de las clases populares?... no jodan!. El sostenimiento del pedrazista y tercerizador Carlos Tomada al frente del Ministerio de Trabajo, la vergonzante alianza con la Unión Industrial Argentina, que llevó a la misma Presidenta a reconocer que hace diez años que junto a los bancos y el sector financiero se la vienen "llevando con pala", la defensa de hipócritas como la legisladora del FPV, Gabriela Alegre, que nos la venden como una defensora de los DD.HH. y sin embargo hace unos días y en medio de una encarnizada paritaria de prensa, quiso echar destratando mal a los cronistas de calle que pedían por sus derechos frente a las cámaras con unos miserables cartelitos que no jodían a nadie. Nadie puede estar ni por casualidad en contra de la Asignación Universal por Hijo, el juzgamiento de los asesinos de la Junta Militar, la verdadera recuperación de nuestras empresas estratégicas de energía, de las leyes que generan igualdad de derechos, pero que después de ocho años de crecer a tasas chinas, algo de lo que la Jefa de Estado todavía se vanagloria, no tiene justificación alguna que en el interior del país y especialmente en el conurbano profundo, millones de personas dependan todavía del derrame menemista de ese capitalismo "más bueno".  Si el kirhnerismo en su versión cristinista materializara su discurso y dejara de decir una cosa y hacer todo lo contrario, por ejemplo pegarle a su elegido enemigo Mauricio y después negociar en la Legislatura, vía el altanero y recientemente ultraperdedor candidato a diputado Juan Cabamdié, con el PRO, no se producirían este tipo de derrotas innecesarias y en algún modo, más allá de los que triunfaron, no se le abrirían las puertas a retrogrados como Massa, Venegas o Carrió, etc. El electorado, rehén de esta casta política que desactivo después del 2001 el sistema de construcción de poder en base a la organización asamblearia del pueblo (para nosotros lo más sano y democrático que podría existir porque controlaría a la corporación política) para volver a recuperar sus insaciables privilegios, prefirió repartir sus votos entre ese engendro denominado UNEN, que tiene como únicos tipos respetables, en primer lugar y más allá de que haya cometido cientos de errores políticos, a Fernando "Pino" Silanas, pero también a la gran Alcira Argumedo, al legislador porteño Fernando Sánchez, y a la joven economista que promovió mediante proyecto y no sanata, el 82 por ciento para los jubilados, Fernanda Reyes, el resto, Lousteau, Prat Gay, el "indignado "Gil Lavedra, nuestro ángel caído Vicky Donda, y el resto, son indudablemente más de los mismo. Los ciudadanos no son tontos y ya dieron cuentas de que el macrismo y el kirchnerismo son casi lo mismo, es sólo una cuestión de formas y "relato", un grupo de mulitmillonarios que sólo pelean por poder y muchísima guita. Por eso UNEN supero a ambas fuerzas en los rubro senador y diputados. Otro dato a tener en cuenta es que también muchos otros empiezan a brindar apoyo y la posibilidad de acceder al poder efectivo de las bancas en el parlamento a los sectores de izquierda más combativos. Ahora veremos si el Gobierno decide concretar con el poder que le queda todavía en el Congreso hasta el 2015 alguna de las cosas que resalta en su combativo discurso pero que quedan en eso, en sarasa. Y también veremos si es posible que los triunfadores de esta elección sirvan, dejando de lado a sus viejos lobos de mar corporativos, a una legítima generación de políticos comprometidos con el bien común para todos y todas de verdad.   

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