Siguiendo la lógica del terror al que nos suscribe el "doble pensar", tan bien descripto por George Orwell en su glorioso 1984, tanto los medios, políticos, y especialmente los periodistas, sabemos muy bien como son las cosas con Clarín, su fundador Noble, su viuda, etc, etc. Sin embargo, el poder omnímodo del Grupo impele al silencio y llegado el caso, a la burda pantomima del más vulgar sometimiento . Todos temen al monopolio. Mañana este blog puede desaparecer, los libros de Pablo Llonto dejar de existir en las librerías, como ocurrió con el que escribiera hace muchos años el temible Patricio Kelly (Noble Imperio Corrupto), también las notas que le dedicara desde su Ambito Financiero, otro tipo peligroso como Julio Ramos, y otras más tímidas como las de Fontevecchia o un enojado Lanata, podrían ser olvidadas por los motores de búsqueda de Google y caer en la papelera de reciclaje de la memoria web, sin embargo la información sigue circulando, es inevitable.
Ahora se publica un nuevo libro que tiene que ver con la tragedia nacional que implica que en vez de un Gran Hermano, convivamos con un "Gran diario" temible. El texto se llama "El caso Lanuscou, Columna Norte. La otra historia". Allí Marisa Sadi cuenta la historia de la familia que llevaba ese apellido y que fue asesinada casi completamente por los genocidas de la dictadura. Digo casi, porque la única sobreviviente, la hija menor del matrimonio desapareció, hay muchas certezas de que Marcela Noble, la nena que "adoptó" Ernestina, sea Matilde Lanuscou (la de la foto), recordamos que su otro hijo también es reclamado por otros familiares de desaparecidos. ¿Que tal?. Si Truman Capote escuchara la terrorífica historia, se quedaría atónito. El blog Señales publicó la reseña, aquí va.
3 comentarios:
Realmente es increíble que sigamos haciendonos los boludos con respecto a Clarín, es una grosería lo que oculta esta mujer. D.L.
Excelente e interesante posteo. Faustino Alvarez te saluda desde Mendoza donde sigo con avidez vuestro blog, un abrazo y sigo pasando.
Da miedo en serio. Maribel C.
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