jueves, 11 de agosto de 2016

Macri es Patria (Contratista)!!!


Celebrando para desgracia de Daniel Maldad, la vuelta de Infonews, pero no manejado por el jetón de los servis de la SIDE, Sergio Szpolski, sino por los trabajadores, rescatamos del archivo que han recuperado los laburantes, una nota de Mariano Beristain del martes 13 de enero de 2013, que adelantaba la que se venía con los "Macrinautas": 

El hombre de negocios y jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, se ha transformado en un espejo de los grandes vicios y defectos que tiene la burguesía criolla. Y al mismo tiempo se erigió en la "esperanza blanca" del establishment económico argentino. Macri es una muestra que la oligarquía nacional ya no quiere dejar en manos de técnicos o políticos la administración del país. Ya no se conforman con ser la patria contratista o la patria rural. La trayectoria del clan Macri es una muestra evidente de ello. Como empresario nacional y amparado en la figura de Franco, su padre, Mauricio demostró que jamás le interesó un proyecto de país que trascendiera más allá de su bolsillo y los negocios de la familia. A lo largo de su historia en la Argentina, la familia Macri, con Mauricio ocupando un rol protagónico, siempre utilizó al Estado como medio para engrosar sus arcas. Los Macri construyeron su emporio durante la dictadura militar, lo que les permitió sumar 39 empresas a las siete que ya tenían. La familia fue uno de los pilares de la famosa patria contratista nacional, que siempre vivió a expensas de los negocios que obtenían del Estado. Socma, el grupo cuyas dos principales cabezas fueron Franco y Mauricio, fue uno de los principales lobbistas, que fogonearon y se favorecieron con la licuación de los pasivos empresarios. Sin embargo, supieron acomodarse a los cambios y los intereses de la familia Macri con el Estado argentino continuaron en democracia. A través de Itron, el holding Macri accedió en los años '90, la década menemista, a la administración de los recursos del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Lo hizo a través de UTE-Rentas. La empresa se quedó con el negocio de la emisión de la facturas de ABL (Alumbrado, Barrido y Limpieza) y del impuesto automotor. El Grupo Macri se adjudicó en 1997 la privatización del servicio postal, en una de las últimas operaciones que consumó el ex presidente Carlos Menem. En aquel momento se logró la concesión por 30 años con la promesa de pagarle al Estado un canon semestral de $ 51,6 millones. Sin embargo, en 1999 dejó de pagarlo. En septiembre de 2001, Correo Argentino SA entró en concurso preventivo y dejó un tendal de $ 900 millones. La deuda del Grupo Macri con el Estado se eleva a los 659 millones de dólares sin tener en cuenta los intereses. El gobierno de Néstor Kirchner le quitó la concesión por el canon atrasado. Según la DGI, Sevel, una empresa del grupo, evadió unos $ 55 millones entre 1993 y 1995 durante la gestión de Mauricio Macri en la empresa. En 1993, Sevel de Argentina exportaba autopartes a Sevel Uruguay, lo que le permitía cobrar reintegros por exportaciones. Pero, a su vez, esas piezas, eran ensambladas allí y luego importadas a la Argentina en forma de automóviles terminados. De este modo, Sevel cobraba reembolsos por exportaciones y realizaba las importaciones con un arancel diferencial del 2 por ciento. De esta manera se beneficiaba con el sistema de importación compensada a partir de los automotores exportados. Tras comparar números de chasis y de motor de 1300 vehículos, se determinó que las mismas partes que salían de la Argentina a su vez reingresaban al país, luego de ser compradas y vendidas por Sevel Uruguay y Drago SA, controladas por Sevel. Un cálculo aproximado realizado por los investigadores concluyó que el monto de lo percibido como reintegro sólo en 1993 ascendió a unos 7 millones de pesos/dólares. No obstante las estimaciones se quedan cortas porque las exportaciones continuaron hasta 1995. Como resultado de ello Mauricio fue embargado por $ 4,9 millones, y procesado por "contrabando". Sin embargo, recibió una ayuda de la Corte Suprema de Menem, conocida como "mayoría automática", que declaró inocentes a los Macri pese a que contaban con suficientes elementos para condenarlos. Durante la gestión de Mauricio como alcalde capitalino, los negocios del grupo en la Ciudad de Buenos Aires continuaron. SEPSA, más conocida como Pago Fácil, una compañía que se la vincula a Mauricio, fue contratada por el Banco Ciudad para el cobro de impuestos en 2007. La facturación promedio que obtuvo superaba los $ 4 millones mensuales. Pero no le alcanza con la Ciudad. Hace sólo unos días, Nicolás Caputo, alter ego de Macri, se hizo con la mitad de la recolección de la basura de Rosario desplazando a Cliba de Benito Roggio, que aún controla la operación del negocio del subterráneo, pero está en baja. Caputo se quedó en Santa Fe con un negocio de más de $ 1000 millones, pero la oposición a Hermes Binner estima que el contrato superará los $ 1400 millones. La otra gran espada de los negocios de Mauricio Macri hoy es su primo Angelo Calcaterra, dueño de Calcaterra SA y propietario de IECSA y DYCASA. Dos empresas que están entre las beneficiarias de las licitaciones de Macri y denunciadas por sobreprecios. Por ejemplo, DYCASA, sin ninguna experiencia en la materia, obtuvo las reformas del escenario del Teatro Colón por un monto de más de $ 20 millones. Más allá de enumerar algunos de los negocios de los que está sospechada la familia Macri a lo largo de su historia en la Argentina, lo preocupante es que a partir de 2007, cuando desembarcó el heredero Mauricio en la Ciudad de Buenos Aires, el clan Macri ha dejado de ser un simple contratista del Estado para convertirse en parte del Estado mismo. No es fruto de la casualidad que Mauricio promueva el pago a los fondos buitre que pretenden desvalijar a la Argentina ni que se sienta identificado con el Partido Popular de España y con la oposición al chavismo en Venezuela. Todos coinciden en la necesidad de avanzar hacia un modelo de sociedad en la que el partido que está en el poder ya no refleje los intereses del establishment sino que prefieren evitar riesgos y que sea un representante directo quien esté a cargo de la administración del país. Sin lugar a dudas, un reflejo del nuevo modelo de capitalismo, caracterizado por la financiarización de la economía y el control político directo de los poderosos, apoyados y promocionados por un aparato mediático que les garantiza impunidad y continuidad en el poder. Es la conjunción perfecta para transferir sin peligros los recursos del Estado al sector privado, lo que transformaría en letra muerta el concepto mismo de democracia. Hace poco en una entrevista periodística, el actor y cuñado Alejandro Awada, lo dejó bien en claro: "Yo le conozco bien las intenciones a Mauricio hace 20 años, él quiere ser el Silvio Berlusconi de la Argentina... pero como no tiene medios de comunicación, los pide prestados."

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