viernes, 17 de junio de 2016

El Carlo apostaba a su pollo Scioli pero Mauricio le demuestra que fue su mejor alumno!

Las imagenes son anecdóticas pero grafican lo que está claro, en poco más de seis meses de gobierno, el Hijos de la Patria Contratista, Mauricio "Saúl" Macri, superó al maestro y a sus padrinos, entre los que casualmente estaba el legendario Franco... papá!, quien hoy puso a su vástago para que represente al poder real. Ojo que este posteo no quiere caer, ni va a caer, en los falsos cismas y las engañosas paradojas del poder. A estos mamarrachos que hoy están destruyendo la vida de los argentinos nos los dejó el pseudorevolucionario kirchnerismo. Ese que al lado de todo esto sigue pareciendo un grupo de barbados bajando de Sierra Maestra pero que por engolosinarse con los billetes y "La Vida Loca" es operado sin piedad, por las dudas que pretenda volver por el omnisciente Clarín. La logia magnettista, y a estas alturas todos lo saben, no perdona a nadie (ni a propios ni a extraños), y menos aún a quien haya osado intentar siquiera disputarle algo de su cincuentenaria hegemonía, por eso es "El Gran Diario Argentino" y hoy celebra después de 5 años (porque con Néstor estaba bárbaro hasta el 2007) haciéndose un festín con los vencidos que tienen un canal (TN) dedicado a pegarles las 24 horas del día. Una señal de cable de Discovery que tranquilamente podría denominarse "Investigation K". De todos modos eso no quita que rescatemos de la web un material que corre peligro, porque varias veces es eliminado y rescatado como este sitio, y que va a dar el marco para que entiendan porque Scioli o Macri no eran ninguna dicotomía ideológica sino sólo un cliché de quienes tienen la sartén por el mango y que sólo usas tácticas diferentes para sostenerse en la primera división del choreo.  A leer el texto de la Revista Universitaria!

Una “patria” con nombre y apellido, o patria contratista.

Antiperonista, arengador de algunos militares para voltear a Illia, adicto al gobierno de Juan Carlos Ongania, propagandista y defensor de la Dictadura Cívico-Militar, antimalvinero, antialfonsinista, luego menemista y antes de fallecer: acérrimo enemigo de los Kirchner. Este curriculum pertenecía al “periodista y propagandista al servicio de la CIA” Bernardo Neustadt. Resulta que a mediados de los 80 Don Bernardo realiza una entrevista en su programa “Tiempo Nuevo” a las dos cabezas visibles del grupo Macri (propietarios de Sideco Americana, Pluspetrol, Socma, Dragados y Obras Portuarias, R.S.Z. y A.Producciones, Lecsa, Manliba,Establecimiento Mecánico Jeppene, Pago Fácil, Fiat y Movistar de Argentina, Sevel de Uruguay, entre tantas otras) que son Franco Macri, y su hijo, Mauricio. Basta sólo la introducción que hace el conductor en su programa para comprender los intereses que defiende, tanto el como sus invitados. “…formarían parte de ese grupo de importantes empresarios a quien de pronto el folclore argentino le hecha la culpa de lo mal que les va cuando tiene ganas de echarle la culpa a alguien”. Los argentinos son vagos e imbéciles (vieja zoncera), por eso les va mal. Posteriormente le concede la palabra a Franco, poniéndole como hilo conductor dos palabras: patria contratista. Despegándose de aquella pfatria a la que pertenecen, el viejo Macri sostiene que los negocios espurios de aquel momento fueron consecuencia de “reglas muy confusas” por parte del Estado para con los empresarios, y que aquellos hechos fueron consecuencia de “errores o ingenuidades” cometidos por los propietarios de empresas. El conductor, luego de apreciar las palabras de Franco, le concede la palabra a un Mauricio treintañero para que se explaye en el terreno ya marcado:”…me siento directamente involucrado por que soy responsable de ese sector al que mal llaman patria contratista”. Segundos después, agrega que el “exceso de reglas” a seguir por los empresarios generan “huecos” por donde se infiltran (no filtran, como dice Mauri) personajes, permitiendo la formación de sociedades entre la burocracia (el Estado) y algunas empresas. Para concluir con las citas, veamos como concluye Franco con el tema de la patria contratista: “…siempre hace falta voluntad política, luego todo es simple. Basta que las nuevas reglas se basen en licitaciones internacionales transparentes y libres”… “que les exijan garantías al Estado”, “luego de eso, la patria contratista va a ser un mito”

“La única verdad es la realidad” Gral. Juan Domingo Perón

Se le llama “patria contratista” al entramado de empresas que no solo apoyaron al derrocamiento del gobierno de Isabel Martínez de Perón, sino que apoyaron el Proceso de Reorganización Nacional, derrocaron al gobierno radical de Alfonsín y luego apoyaron el menemismo. Ahora bien, ¿Cómo surge esta relación amorosa entre empresarios y gobiernos adictos al capital extranjero? Es fácil de comprender cuando vemos los cuantiosos negocios que el Estado le concedió a estos muchachos (Gregorio Pérez Companc, Bulgheroni, Renault Argentina, Grupo Clarín, Diario La Nación, Papel Prensa, entre otras), como así también el “perdón” de las deudas contraídas en el exterior. Algunos números y ejemplos para finalizar: la Sociedad Macri en 1973 disponía de siete empresas. Diez años después las habían aumentado a 46. En 1979, el gobierno de facto privatiza Manliba, empresa dedicada a la recolección de desechos sólidos. Pasa a manos de los Macri. En 1982, Domingo Felipe Cavallo se hace cargo del BCRA (Banco Central de la República Argentina) y, entre tantas que hizo, estatiza la deuda contraída en el exterior por estos grupos (40 mil millones de dólares). En otras palabras, los argentinos, a través del Estado Nacional, todavía estamos pagando (deuda externa) la maniobra que nos hicieron. Una cosa más: varios de los que participaron de la estatización de la duda hoy conforman el posible equipo de gobierno de Macri. Ojito. Años después, en 1997 el gobierno de Carlos Menem decide privatizar el Correo Argentino. Argentina fue uno de los primero países en el mundo en llevar adelante tal descabellada política. Los nuevos propietarios, la Sociedad Macri, debían pagarle al Estado nacional un canon semestral de 51,6 millones de pesos, pero nunca lo hicieron. Previo a la privatización, el correo contaba con 20.400 trabajadores. En menos de cuatro años de gestión del grupo SOCMA la empresa contaba solo con 12.800 trabajadores. Eso fue la patria contratista. Y uno de esos personajes quiere sentarse en el sillón de Rivadavia. Volviendo al principio y contradiciendo a Neustadt: los argentinos tenemos la obligación de señalar y explicar a los personajes mencionados en estas humildes líneas como culpables del malestar de tantos compatriotas. Desmintiendo lo que dicen padre e hijo: es evidente que participaron de la llamada “patria contratista” y se beneficiaron con “reglas muy claras” (para nada confusas) dictadas por un Estado intervencionista en beneficio de las clases dominantes y arrodillado ante el capital extranjero. Cambiar el rumbo trazado al futuro es volver al pasado, y esperamos volver al pasado a través de las páginas de la historia, solamente.

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