miércoles, 6 de febrero de 2013

¿Los mismos que incentivan al odio ahora quieren bajar los decibeles?

Hemos dedicado varios posteos al protagonismo que tienen quienes se consideran comunicadores en la generación de odios en la sociedad argentina. En esas notas hemos remarcado que los únicos que vamos a salir lastimados en este juego macabro que incentivan los grupos de poder con sus mensajeros a sueldo somos nosotros, los ciudadanos que andamos de a pie. Los kirchneristas, magnettistas, macristas, rojistas, radicales, peronistas, etc, esos que conforman el establishment político y económico desde hace décadas después se sientan a negociar sobre la sangre derramada sin que nadie vaya nunca en cana. Esa historia la conocemos, pasó en el '55, pasó en el período '75-'83, y después en el 2001. Los talibanes del Grupo Clarín y los que responden al Gobierno juegan con las mismas cartas siniestras, esa mediática impostación que taladra los volátiles cerebros argentinos día y noche. Resulta que Nelson Castro, un conservador retrogrado que se la pasa bajando línea gorila contra la administración reformista de CFK pide después de esa absurda opereta que utilizó para contrarrestar el "efecto puteadas a Boudou y Kicillof" que se bajen los decibeles ¿A qué juega?.  No hace falta decir que la lumpenburguesía "nacional" fue siempre reaccionaria y que fue el mismo Perón, después del bombardeo genocida de la Marina a Plaza de Mayo, quien decidió no avanzar con el ojo por ojo a pesar de las históricas amenazas del "5 por 1 no va a quedar ninguno". Los Montoneros quisieron hacer lo que el General no se animó a hacer y así les fue. El kirchnerato sigue la línea ultraperonista en materia de economía y de construcción de poder. Más allá de que haya en sus filas algunos herederos del montonerismo virtual, el kirchnerismo es peronismo puro y nada de  "La Tendencia", escuchen si no dos minutos al pelandrún de Juan Manuel Abal Medina, si su tío Fernando lo escuchara tres minutos lo repudiaría sistemáticamente. Néstor y Cristina supieron siempre que caldear los ánimos tiene un límite, lo demostraron con la 125 donde lo único que profundizaron fue la guerra simbólica pero nunca el enfrentamiento físico. En este país el caos siempre justifica la vuelta de los más reaccionarios, por eso muchachos no juguemos con fuego. Salir a pelearnos entre nosotros por repetir las consignas tribuneras de dos o tres bandos que en última instancia se sientan a hacer negocios, sino miren los acuerdos del macrinato y el kirchnerismo en el ámbito de la Ciudad, no nos va a conducir más que a la ruina una vez más.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuantos cambios en la manera de pensar del notero, opciones hay dos, 1) fue una táctica es decir, comenzar como neutral y de a poco al tener lectores ir virando a tintes K casi sin que se note, a manera de "nos fuimos convenciendo de a poco que todo lo K esta bien"...2) eramos neutrales pero recibimos el sobre y por la guita baila el mono como tantos otros hacen.

NOTERODEAPIE dijo...

Que conclusiones inteligentes amigo, usted si que es un sabio eh! El Notero

Anónimo dijo...

Decir la verdad no es incerntivar el odio, incentivar el odio es mentir como lo hace la reina y su corte de alcahuetes.

Anónimo dijo...

Notero, el sarcasmo es la menos inteligentes de las respuestas, en realidad ni es una respuesta

Marcos dijo...

Estimado Notero, la inclusión de la foto de SR me causa algo de perplejidad. A menos que haya
olvidado dedicarle expresamente algun párrafo, no aparece demasiado explícita como ejemplo del
antagonismo que cuenta la nota. Ahora, si usted le dedicase igual fervor crítico como el dirigido hacia NC, cobraría sentido su inclusión.

Respecto a quienes le critican su confesa admiración por las maniobras K para mantenerse en la cresta de la ola, es evidente que lo leen con un parche en el otro ojo. Por otro lado, al interponer en sus argumentos la existencia de sobres, le adjudican a su blog una masividad que ya algunos medios oficialistas quisieran tener.Dicho todo esto sin ánimo de defensa, sino mas bien empleando el sentido común y un poco de ironía.

Anónimo dijo...

Marcos.
Hablar difícil no es nacional y popular además no denota ser mas inteligente.