Hemos llegado a la conclusión de que hablar de las "apreciaciones" de Orlando Barone es como tocarse con un guante, el tema es que a veces sus sandeces superan la media del pelotudo argentino y hay que dedicarle alguna línea, no sea cosa que algún amigo tome en serio alguna de esas calamidades que dice el canoso columnista de 6,7,8. El ex Nación y Clarín, ahora devenido kirchnerista, es un tipo inimputable, puede decir cualquier cosa que para tomárselo en serio habría que haber vuelto al primer grado inferior con muy malas notas. Sin embargo, esta vez su "inimputabilidad" rozó la hijaputez cuando se refirió a la tarea del asesinado fotógrafo de la Revista Noticias, José Luis Cabezas. Eso de "tarea periodistica menor" revela el grado de soberbia, ominipotencia, ostentación, e ignorancia que atraviesa el kirchnerismo. Que Fontevecchia es un bicho indigerible lo sabemos todos, ahora, que tiene que ver eso con la trágica historia que dejó expuesto a uno de los delincuentes más perversos de la Argentina, Alfredo Yabrán. La sanata de "defender el proyecto" esgrimiendo incoherencia e inmoralidades como esta deja en clara la caja hueca en la que se está transformanso el modelo "comunicacional" del stalinismo kash.
lunes, 30 de enero de 2012
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2 comentarios:
Hay algo más que decir. Todos los que hicimos periodismo de economía en los '90 sabíamos, antes de 1997, que Yabrán era un mafioso y era de temer. Todos conocíamos a un colega que habia recibido una llamada amenazante ("qué lindas que son tus hijas, van a un buen colegio")porque estaba investigando a Ocasa o a alguna de esas empresas. (Vaya esto para los que pregonan que hacer periodismo empresario es única y exclusivamente chivear.) Todos teníamos esa referencia antes de que mataran a José Luis. Por lo tanto, UNA PARTE de la verdad es que a Cabezas sus empleadores no lo cuidaron. No midieron el riesgo que corría y lo mandaron al muere por omisión, por una tapa que podía hacer crecer (¿cuánto?) las ventas de esa semana.
Esto no es disminuir la culpa de sus asesinos. Pero sin atemperar esa culpa, es cierto que la empresa que empleaba a José Luis y a sus compañeros los dejó muy expuestos. Hay gente en la editorial Perfil que está lucrando con el "heroísmo" que surge de una búsqueda denodada de la verdad, sin hacer ninguna clase de mea culpa. Y eso es asqueroso.
Creo que en un portal de interés gremial como éste, esta parte de la cuestión debería invitarnos a reflexionar. Nuestros patrones no nos cuidan, en el sentido más elemental del término. No digamos ya que evadan las cargas sociales: no nos cuidan en el sentido de la preservación de la vida. Nosotros, ¿que hacemos?
Saludos.
che porque cuando alguien te refuta algo con argumentos no contestas?
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