Juan Carlos Camaño, uno de los principales artifices de la decadencia de nuestro gremio. Lo único que tiene de combativo es la barba, y hasta ahí nomas...
Facundo Martínez escribió hace poco esto que compartimos con ustedes:
El último 7 de junio unos 700 compañeros del gremio acudimos a la puerta del diario crítica para apoyar la lucha de los trabajadores que pedían por el pago de salarios y por la conservación de su fuente de trabajo. Ese día la UTPBA, que no había pasado ni cerca de la calle Maipú, repartió en algunas redacciones un volante en el que felicitaba "a quienes participaban en la lucha paritaria sin atarse a modelos de discusión salarial frustantes, ni resueltos por ninguna cúpula, cualquiera sea, sino decididos por las asambleas de trabajadores. A finales de agosto, a propósito de las próximas elecciones, en otro volante afinaron un poco más su concepto: "Si a la lucha salarial decidida en las asambleas y no por cúpulas ajenas a nuestro gremio".
Esto y lo anterior, enunciado desde la conducción de un sindicato es una aberración, una aberración conceptual. Me pregunto si Camaño, mandamás tras bambalinas de la UTPBA se animaría a pronunciar semejante disparate en esas cumbres de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) o la FELAP (Federación Latinoamericana de Periodistas), o en Cuba, esos lugares a los que le gusta asistir para dar cátedra de lo que, por desidia y desmovilización, no hace en nuestro gremio, que conduce hace ya 26 años.
Quienes si hemos discutido salarios desde la debilidad y sobreexposición de nuestras propias asambleas por empresa, sabemos por qué le exigimos al gremio paritarias únicas. Es una necesidad impostergable. En este 2010, entre las distintas empresas hemos tenido diferencias de hasta 8 puntos. Por dar ejemplos Página 12 obtuvo un 20 por ciento, DyN un 24, Clarín un 23, Télam un 26, La nación casi 25, BAE un 25; y en los arreglos de 2009, las diferencias fueron mayores (N. del Notero: ni hablemos de radio y TV). Entonces no hay excusas. Separados, expuestos, enviados a las negociaciónes por empresa como carne de cañones, nuestros salarios lejos de incrementarse en su justa medida terminan por desplomarse, lenta pero paulatinamente. Por eso más de 50 delegados ingresamos a la asamblea de Junta Electoral haciendo nuestro pedido de ¡Paritarias!, para que sea el gremio quien asuma esa responsabilidad. La patotita de la UTPBA, compuesta por algunos empleados del sindicato, nos trató de "elitistas". Para ellos y para los que les dieron vía libre, sólo unas palabritas: nos gritan "elitistas" porque luchamos por salario, salud y condiciones de trabajo. El ABC del gremialismo. Así estamos.